Festivales de Música
Veranos en la «Terraza Magnética»
Si algo bueno tienen las olas de calor estivales son sus cálidos atardeceres y sus refrescantes noches. Porque invitan a salir de casa y porque, gracias a los centros sociales y culturales de nuestro siglo, llenan las agendas de planes al aire libre y con las estrellas mirando. Por eso y con razón, el año pasado La Casa Encendida vio cómo su programación de verano despertaba el entusiasmo de un público que agotaba las entradas para todas las actividades, así como está ocurriendo este año con «La Terraza Magnética», una excusa perfecta para echarse a la calle al anochecer. Y es que, en verano, la terraza de La Casa Encendida se engalana para convertirse en sala de cine cada sábado y en escenario de conciertos cada domingo.
La próxima sesión de «El Cine en la Terraza» tendrá lugar este sábado 30 de julio y nos traerá una película del cineasta francés Bruno Dumont: Hadewijch, ganadora del Premio Internacional de la Crítica en 2009 –año de su producción–. Se trata de una historia protagonizada por una monja cuya fe ciega la acaba expulsada de la casa de religiosas en la que habitaba, provocando un vuelco en su vida. El punto fuerte del filme son las muchas y muy diversas interpretaciones que inspira en sus espectadores, convirtiéndose ésta en una cita obligatoria para todo el que persiga el cine reflexivo y en versión original. La proyección comenzará a las 22:00 horas y la entrada cuesta apenas 3 euros.
Al día siguiente, el domingo 31, gracias al programa «Soundays» también dentro de «La Terraza Magnética», el grupo británico Zoviet France llenará de sonido La Casa Encendida, con un estilo propio y único que los hace una banda de influencia a todos los niveles. «Industrial, ambiental, atmosférica, repetitiva e introspectiva, con un carácter ritual-étnico», así se describe su música, que, este fin de semana, retumbará en Madrid. El concierto empezará a las 20:30 horas y cuesta un poco más: 5 euros.
Así, este fin de semana, La Casa Encendida apuesta por la mezcla entre lo real y lo ficticio, entre lo clásico y la vanguardia, con dos actividades que, seguro, agotarán las entradas. Y todo esto sin olvidar que, cómo no, en esta terraza que se convierte en punto de atracción de la ciudad durante los meses de julio y agosto hay cafetería –abierta de miércoles a domingo de 16:00 a 22:00–, a la que uno puede acercarse a disfrutar de los pequeños y más simples placeres del verano, como es tomar algo en buena compañía al caer el sol.
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