Desapariciones

«Ya no odio a mis padres ni a mi hermana. Ahora los entiendo»

La Razón
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«Se decantaron por su hermana y eso la hizo polvo». La educadora de Rebeca (nombre ficticio) da la clave del fracaso de esta joven de 17 años que pegó a su hermana, aunque el problema lo tenía con sus padres. Los roles en casa estaban absolutamnete cambiados. Tenía que asumir responsabilidades inapropiadas para su edad por «negligencia» de sus padres, no por mala intención. Tenía una madre «amiga» y un padre al que no veía. Cada vez se volvió más radical en sus actuaciones y en la adolescendia se revolvió a lo bestia. Con 15 años, su padre la echó de casa y no volvió. A Rebeca le costó entender por qué sus padres la denunciaron. «Antes los odiaba pero ahora los entiendo», dice la joven de «Sanse» que está deseando estudiar enfermería. «Nos ha venido bien estar separados porque necesitábamos un tiempo para pensar».

Aunque parezca raro, por una parte no tiene ganas de salir del centro, donde lleva desde agosto. Se siente protegida por el tutor, el técnico auxiliar, el trabajador social y el psicólogo que tiene a su disposición 24 horas. Es más sencillo escapar de una conducta dañina allí pero, ¿qué pasará luego? Las cifras de reinserción avalan que logrará salir adelante pero nadie dijo que fuera fácil. El mes que viene vuelve al «mundo real».