Lipasam, ¿la punta del iceberg?

¿Huelga o chantaje? Los empleados de Lipasam y el Ayuntamiento mantienen el pulso. La reducción salarial del 5% y el calendario que la empresa pretende implantar en 2013 va camino de concretarse en el anunciado paro indefinido en la recogida de basuras a partir del 28 de enero. Las asambleas –matinal y vespertina– aprobaron por «unanimidad» mantener la convocatoria tras resultar estériles las reuniones previas con la empresa. La voluntad de diálogo que ambas partes transmiten choca con posturas radicales que van camino de castigar a los ciudadanos una vez más.

El comité de empresa, liderado por Antonio Bazo, se agarra al legítimo derecho a la huelga como reivindicación a la propuesta cerrada del Ayuntamiento, que critica con dureza lo que califica como un «chantaje político», «una irresponsabilidad» y «una falta de respeto» a los sevillanos.

Lipasam se ha convertido en la punta de un iceberg en la Plaza Nueva. El servicio público que ofrece le confiere mucha fuerza en la negociación, como ya ha demostrado en recientes acuerdos, y entre los sindicatos se teme que ceder a las primeras de cambio signifique colocar una alfombra roja a Zoido para que haga lo que quiera en el resto de empresas y delegaciones. Y desde el prisma del alcalde, al contrario. Si no se muestra firme ahora, su poder se verá debilitado.

Una batalla que puede recrudecerse. Incluso hay contactos entre empresas municipales y otros servicios, dispuestos a acudir a la huelga de forma conjunta, a cuenta básicamente del uso que el Gobierno local pretende hacer del personal. Una distribución de la jornada laboral que en el caso de Lipasam pretende disponer de al menos dos semanas de forma libre, lo que conlleva prescindir de los contratos eventuales. «Trabajar en días de descanso, en definitiva», explica Bazo, que considera que la ley que Zoido aplica también contempla excepciones en jornadas irregulares y «se tienen que respetar».

El tema aún más peliagudo, sacado a la luz por el Ayuntamiento, es el de los sueldos de las empleados de la limpieza. El mismo día que se sabe que Asunción Fley gratificará con 1,5 millones a los funcionarios más recaudadores de la Agencia Tributaria –los pluses oscilan entre 4.000 y 18.000 euros–, el concejal Maximiliano Vílchez asegura que en Lipasam tienen «unas condiciones muy por encima de la media de los ciudadanos» –llegó a decir una media de 30.000 euros– y habla de «frivolidad». Unas palabras que Bazo cuestiona: «El sueldo base de un peón es de 721 euros, el resto del salario corresponde a la dedicación, porque se trabaja de noche, en festivos, los 365 días del año las 24 horas. Esa media saldrá con las cantidades abonadas al gerente (100.000 euros) y el resto de directivos».

Vílchez recuerda que estos últimos sí se han bajado ya un 5% sus emolumentos, mientras merced a un acuerdo de abril, se optó por retrasar la reducción al personal hasta 2013. Llegado enero, la gerencia plantea reducir gastos de personal en 3,3 millones y el comité le recuerda que está dispuesto a renunciar a un 2% de subida acumulado de años atrás y que ese 5% se podría hacer «de forma escalonada», como se dijo en 2010.