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Tecnología
Las profesiones futuristas (o no) que predijo el cine de ciencia ficción
De creadores de androides a lo 'Blade Runner' a la ingeniería automovilística de 'Regreso al futuro', tecnologías como la robótica o la Inteligencia Artificial han convertido en realidad los empleos que se soñaron a través del cine
Dicen los teóricos del cine que la ciencia ficción no busca anticiparse al futuro, sino cuestionar el presente. Lo cierto es que, en 1977 , cuando se estrenó la primera película de la saga Star Wars, pocos imaginaron que el holograma en 3D de la Princesa Leia que el androide R2D2 muestra a Obi-Wan Kenobi terminaría siendo una tecnología real. O que el teléfono móvil que utilizaba el Capitán Kirk en Star Trek, en los años 60, dejaría de ser un producto de la imaginación.
Lo mismo ha sucedido con las profesiones. Nadie sospechó que 30 años después del estreno de Blade Runner (1982) existirían ingenieros de robots, del mismo modo en el que los humanos fabricaban replicantes en la cinta de Ridley Scott. O que habría personas explorando los límites de la Inteligencia Artificial, tal y como pareció predecir Isaac Asimov en Yo, Robot en los años cincuenta. Ni siquiera cuando, en 2004, se estrenó la película basada en su obra, se esperaba esta explosión de nuevos empleos tecnológicos.
De la ciencia ficción a la realidad, hoy todos estos trabajos encuentran su equivalente en la industria. Hay variedad de perfiles técnicos que implementan herramientas digitales, como la IA o los robots, en todos los sectores. "La robótica tiene una larga historia. Comenzó en el año 1937, aproximadamente, cuando un estudiante creó el primer robot, orientado a realizar trabajos vinculados con movimientos de mercancías de gran peso", explica Emilia Martínez Serrano, directora de Tecnologías para la optimización de activos en Repsol Technology Lab, el centro de innovación de la compañía multienergética.
Desde aquella suerte de grúa hasta hoy, la robótica ha estado llamada a revolucionar el mercado laboral. "Los robots comenzaron a realizar tareas muy vinculadas con la manipulación y muy repetitivas. A día de hoy, tienen su aplicación en sectores como el transporte, la manufactura, la agricultura, la sanidad y la salud. La robótica está progresando, volviéndose más compleja, pero cada vez más útil", afirma Martínez Serrano.
Los robots que utiliza Repsol tienen múltiples aplicaciones. "En nuestra compañía tenemos brazos robóticos y trabajamos con robots logísticos en los laboratorios, que nos permiten manipular muestras, realizar experimentos y trabajar en entornos que pueden suponer un riesgo para los seres humanos", añade la experta.
Otro campo en el que la ficción se adelantó a la ciencia son los vehículos autónomos, como el taxi aéreo de El quinto elemento (1997). Y, aunque todavía no vuelan, el primer taxi de este tipo se hizo realidad el año pasado, en China. Además, y gracias a la labor de los ingenieros de transporte, ya se prueba en Estados Unidos como un medio para trasladarse desde el centro de la ciudad hasta los aeropuertos situados en la periferia; una solución planteada para evitar atascos.
Pero si hablamos de movilidad, no podemos pasar por alto a KITT de El coche fantástico (1982), un vehículo capaz de desplazarse y aparcar sin intervención humana. Hoy, los ingenieros automovilísticos ya perfeccionan modelos que incluyen estos adelantos.
Pero las combinaciones entre robótica y coches aún van más allá. Tal y como veíamos en Transformers (2007), la marca Lamborghini hizo público un proyecto conceptual basado en crear un descapotable capaz de transformarse en motocicleta en los momentos de gran congestión de tráfico. Por su parte, Hyundai presentó, en Las Vegas, un vehículo —también conceptual— con "piernas" robóticas que le permiten caminar.
Otras profesiones futuristas que parecían exclusivas a la imaginación y que hoy ya están funcionando, tienen que ver con el sector de la investigación médica. Destacan los especialistas en genética y modificación de ADN, como los que desatan la trama en Gattaca (1997), una distopía en la que cualquiera puede saber qué probabilidades tiene de enfermar en el futuro. Hoy día, ya se ensaya con sistemas avanzados de edición genética destinados a corregir la gran mayoría de mutaciones responsables de enfermedades.
En cuanto a "predicciones" del cine de ciencia ficción que se han materializado en profesiones actuales, no podemos olvidar que ya existen programadores creando realidades virtuales como las que veíamos en Matrix (1999) o en la novela de 2011 trasladada al cine, Ready Player One. Hoy día, los ingenieros continúan perfeccionando las gafas de realidad aumentada y realidad virtual, que no solo se utilizan en la industria de los videojuegos, sino que tienen su réplica en el entrenamiento de astronautas y de cirujanos. Por no hablar de los múltiples entornos virtuales que están conformando el metaverso.
La lista finaliza con otros empleos que un día fueron "futuristas", como los pilotos de drones que aparecen en Avatar (2009), y que hoy tienen múltiples aplicaciones en ramas como la geografía o la geología, la protección antiincendios, la mensajería y el traslado de paquetes pequeños o la agricultura de precisión.
Sin olvidarnos de la Inteligencia Artificial, que ha pasado de ficción a realidad con el desarrollo de chatbots que pueden generar textos, imágenes y conversaciones reales al estilo de Her (2013), en la que el protagonista se enamora de un sistema operativo con voz femenina, al estilo de Alexa o Siri. Ante todo esto, cabe preguntarse —y quizá la IA pueda contestarnos con mayor o menor atino— es esta: ¿qué profesiones nos deparará el futuro?
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