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El gasto sanitario per cápita no sirve

“El argumento de los supuestos recortes es falso”

Una ambulancia recoge a una persona con coronavirus
Una ambulancia recoge a una persona con coronavirusAlvaro BarrientosAP

Desde el agravamiento de la crisis sanitaria y económica que ha generado la pandemia del coronavirus, la izquierda se ha dedicado a atacar a la sanidad de la Comunidad de Madrid, expandiendo muchos datos falsos sobre la evolución de determinados indicadores de la gestión sanitaria del Partido Popular en los últimos 10 años. Han extendido el bulo de supuestos recortes en personal y en presupuestos desde el año 2010. Ya se ha demostrado, con muchas cifras y estadísticas oficiales y por muchas personas y entidades distintas, que el argumento de los supuestos recortes es falso. Hoy la sanidad madrileña tiene un presupuesto superior en más de mil millones al que tenía en el año 2010. Y respecto al numero de efectivos al servicio de la sanidad de la Comunidad de Madrid, ya en este año 2020, antes de los refuerzos por la pandemia, había 2.000 más que hace 10 años.

Pero como tales bulos están siendo desmentidos de manera solvente, la izquierda, que para eludir sus responsabilidades, no descansa en la búsqueda de culpables externos, ha empezado, ahora, a usar un argumento sorprendente: el gasto sanitario per cápita. “Este es el que importa”, escribía un diputado del Grupo Socialista hace un par de días. Pues no. Este indicador no sirve. Solo desde la ignorancia del funcionamiento de la financiación autonómica o desde la vergonzosa intención de manipular a la opinión pública, que lógicamente, en su mayoría no conoce, ni tiene porqué, cómo obtienen los recursos las regiones, se puede usar el argumento del gasto sanitario per cápita para comparar comunidades autónomas y especialmente para criticar a la Comunidad de Madrid.

El gasto sanitario per cápita es un indicador que se usa para valorar el gasto que cada país realiza en sanidad. Pero se puede hacer entre países, porque desde el punto de vista de contabilidad nacional, son unidades económicas cerradas y equivalentes. Y aún así, para poder comparar los datos, teniendo en cuenta las diferencias de renta y riqueza que tienen entre las distintas naciones, se usa lo que se conoce como “ppp” ( purchasing power parity). Es decir, se utiliza este parámetro para homogeneizar los datos y la capacidad de compra de cada país a una concreta unidad monetaria. El gasto sanitario per cápita en España, no solo en Madrid, está bastante por debajo de la media de la OCDE. Pero no sirve para las CC.AA.

El elemento más importante para comprender la aberración metodológica que supone usar el gasto sanitario per cápita es conocer el funcionamiento del Sistema de Financiación Autonómico (SFA).El sistema no determina los recursos de cada región en función de la población, sino en base a unas supuestas necesidades de gasto, a las que se llega tras establecer lo que se conoce como “población ajustada”. En el caso de la sanidad, el SFA, divide la población en siete tramos de edad, atribuyendo a cada uno de ellos un nivel de gasto distinto. Con independencia de lo discutible de los criterios utilizados para establecer los tramos y su ponderación en el gasto, la realidad es que a Madrid le resta 600.000 habitantes.

Para que se vea claramente el efecto del SFA: En el año 2017 la financiación total media por habitante era de 2.318 €. En La Rioja, por ejemplo, era de 3.016, en Extremadura de 2.778 y en Cataluña la financiación per cápita era de 2.532 €. Madrid, sin embargo, para financiar todos sus servicios, recibió tan solo 2.089 €. Es decir, cada madrileño recibe casi 230 € menos que la media nacional y 443 € menos que un ciudadano de Cataluña. Por eso, el gasto sanitario por habitante no sirve. No es “el que importa”.