Museos
Verá cosas que su cerebro no puede comprender
El primer Museo de las Ilusiones de España ha abierto en Madrid con sus divertidos desafíos interactivos para la mente
Si es usted de los que piensa que los museos son lugares silenciosos, serios y de «manos quietas», sepa que ha abierto en el centro de Madrid un museo diferente, uno en el que se puede tocar, reír en voz alta, correr, hacer fotografías... en definitiva, un museo en el que el recorrido por sus salas se transforma en una divertida experiencia para todos los públicos que estimula los sentidos y la curiosidad.
Y es que, el primer Museo de las Ilusiones de España –hay otros diecisiete repartidos por todo el mundo– ha inaugurado recientemente su sede en la capital, en el número ocho de la céntrica calle de Doctor Cortezo.
Como destaca Jacqueline Mendes, su directora de Marketing, «el Museo de las Ilusiones ofrece una experiencia visual, sensorial y educativa única: un lugar perfecto, inusual y emocionante para todos los visitantes, niños y mayores».
La idea nació en Zagreb, Croacia, en el año 2015 y partió de la iniciativa de dos jóvenes visionarios y rápidamente se convirtió en una marca reconocida y una atracción líder en cada ciudad donde se encuentra, como Nueva York, Shanghai, Kuala Lumpur, Toronto, Dubai, Doha, París o Estambul, entre otras ciudades.
El concepto del museo parte del principio de la diversión. Trucos divertidos e impresionantes enseñarán a los visitantes sobre la visión, la percepción, el cerebro humano y la ciencia, por lo que será más fácil percibir por qué sus ojos ven cosas que su cerebro no puede entender.
«Es un museo que se presta mucho a hacer fotografías. Al ser unas actividades muy interactivas llama mucho la atención y las fotos son muy divertidas y con efectos sorprendentes, muy para compartir en las redes sociales», destaca Mendes. Pero además de la diversión, el ADN del museo, hay un aspecto muy importante como es el educativo. «Todos los elementos expuestos tienen un cartel con instrucciones para realizar la experiencia sensitiva y otro en el que se explica el por qué del efecto y su percepción en el cerebro». Precisamente este aspecto educativo será foco de atracción para visitas escolares, una vez se normalice la situación del coronavirus, por la capacidad de las experiencias sensitivas para estimular el conocimiento.
Hay más de 50 «trucos» sensitivos, que se presentan en distintos formatos, desde pequeños cuadros hasta habitaciones enteras. Pero el que más llama la atención es el vórtex, «en el que participan tanto niños como adultos, que repiten la experiencia varias veces. Es una pasarela que engaña nuestro sentido del equilibrio, porque parece moverse bajo nuestros pies, pero realmente está quieta». También se puede fotografiar a los visitantes suspendidos del techo, o sentados en una silla gigante que en realidad es de tamaño natural.
La dirección del museo ha implementado los protocolos de seguridad e higiene. El aforo de 200 personas ha sido limitado al 30%, repartido en dos pisos, es obligatorio el uso de mascarillas y se mantendrán las medidas de distanciamiento social. Además no se entregarán entradas en soporte impreso.
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