Fue la primera enfermera catedrática y ahora también quiere ser la primera rectora de una universidad pública madrileña. Cree en una gobernanza en la que las decisiones no se tomen por «el dedo divino de quien esté como rector, sino entre todos, de manera consensuada».
–¿Por qué quiere ser rectora de la URJC?
–Por que es el momento de que haya una rectora mujer. Los techos de cristal están para romperse y es el momento de hacerlo con fuerza. Y, en segundo lugar, porque la URJC necesita un cambio, una revolución en positivo. Hemos tenido años de ostracismo en que los escándalos habían impregnado nuestra vida universitaria y hay que dar un vuelco a esa situación con aires renovados.
–Dígame tres motivos por los que habría que votarla a usted y no a otro de los cuatro candidatos que se presentan.
–Primero, porque tenemos un programa participativo, que hemos consultado a toda la comunidad universitaria; segundo, porque queremos una gobernanza trasversalizada en la que todos y todas podamos tomar parte de las decisiones; y tercero, porque creo firmemente en el diálogo y la restitución del honor y todo lo que ha perdido la marca URJC.
–¿Cuáles son las líneas básicas de su programa?
–El eje central es devolver la convivencia a la comunidad universitaria perdida por todos los escándalos. Todo este tiempo nos ha hecho daño como organización. Se necesita una regeneración y es prioritaria la estabilización del profesorado y del personal de administración y servicios. Tenemos un plan para las personas y hay que ponerlo en marcha y abrir canales de diálogo también con los estudiantes.
–¿Qué va a hacer en la universidad para acabar con el lastre del «Caso Cifuentes»?
–Es un caso cerrado, judicializado y juzgado. Tenemos que mirar al futuro con ideas claras y sinceras, porque el pasado está ahí y tenemos que aprender de él para no cometer errores. Debemos canalizar la información de la universidad, esa excelencia que tenemos y trasladarla a la sociedad con una mejor comunicación. Creemos en una universidad solidaria, transformadora y dialogante y para ello vamos a implementar mucha actividad social para que los municipios que tenemos alrededor entiendan que la universidad se encuentra a su lado.
–¿Cree que la Rey Juan Carlos ha estado demasiado politizada?
–Honestamente, en el día a día del profesorado no se nota esa politización. La universidad sí que ha salido tocada de todos estos enredos, pero no hundida. Hay mucho mimbre y gente excelente con muchas ganas de trabajar y lo único que tenemos que hacer es recuperar la ilusión por ello.
–¿Cree que la reforma universitaria que está abordando el Ministerio de Universidades va a acabar con otro de los males de la universidad, la endogamia?
–Ojalá sea así. He estado revisando el borrador del Estatuto del Docente Universitario y que haya menos endogamia me parece bien.
–¿Cree que deberían bajarse los precios de las tasas universitarias?
–Los precios públicos los marcan las autonomías, pero la universidad tiene un plan para nuestros estudiantes. Tenemos la certeza de que el próximo curso va a haber muchos estudiantes con dificultades económicas derivadas de la crisis del covid. Mi programa contempla becas para que esos alumnos con dificultades económicas sigan estudiando.
–¿Cómo debe orientarse la formación universitaria de cara al futuro a partir de la experiencia que hemos tenido con la educación online por la pandemia?
–Lo que ha originado la Covid es una forma de trabajar diferente. Hemos hecho la transformación digital en menos 1,0 segundos, pero eso hay que mantenerlo y afianzarlo porque, lo que fue prácticamente altruismo por parte de los profesores, tiene que tener un buen respaldo para la transformación digital. Afortunadamente va a haber fondos para que las universidades adaptemos nuestras enseñanzas a las nuevas tecnologías.
–¿Cómo piensa potenciar la investigación?
–Tenemos un plan, sobre todo para jóvenes investigadores y en las líneas emergentes para que se pueda conseguir la excelencia y en poco tiempo poder ser grupos consolidados. También tenemos un plan con los jóvenes investigadores para que pasen estancias en el extranjero.
–¿Es partidaria de exámenes online o presenciales?
–Soy sanitaria y depende de la situación epidemiológica. Es el factor a considerar.
–¿La universidad debería aumentar el número de títulos o todo lo contrario, reducirlos y tender más hacia la especialización?
–La gobernanza en el caso de que obtenga la confianza de mis compañeros y mis compañeras va a ser transversalizada con lo cual no será una rectora ni el dedo divino de ésta la que decida la oferta académica de la universidad. La decidiremos entre todos.