Emergencias
Así se previenen los incendios en un laboratorio
Los Bomberos de la Comunidad de Madrid analizan la humedad de las plantas para determinar la evolución de un fuego y el índice de dificultad que tendrá la extinción
Detrás de la extinción de un fuego no hay exclusivamente un operativo que acude al lugar de las llamas e intenta sofocarlas utilizando distintos métodos. Hay, además, toda una labor investigadora que sirve para predecir cómo va a evolucionar un fuego en una zona y época determinada del año y eso puede dar pistas a los profesionales para prepararse y emplear toda su artillería para combatir al “enemigo” o incluso “desarmarlo” en horas, cuando en otras circunstancias se podría haber tardado días.
En esta época, precisamente, cobra especial atención esta labor investigadora porque a partir del 16 de mayo entramos en una época que los profesionales de las Emergencias llaman de “peligro medio”. Y es que, justo en este momento, actividades que en pleno invierno no supondrían tanto peligro, ahora pueden convertirse en el acelerante de una catástrofe natural. A partir de ahora, hay que tener más precaución que nunca con realizar barbacoas en el monte, o con las chispas que pudieran saltar por el uso de una radial para reparar la bionda de una carretera. Por eso se exige solicitar un permiso para actividades como realizar fuegos artificiales en un municipio, cuando la zona está próxima a un terreno forestal, o cuando se vaya a realizar una romería en la que se piensa hacer fuego, o simplemente cuando se estén realizando labores de mantenimiento de las líneas eléctricas... Es una forma de prevenir.
¿En qué consiste es labor investigadora? Marta Jerez de la Vega, jefe de Servicio de Incendios Forestales en el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, relata que, desde hace aproximadamente veinte años, la Comunidad dispone de unas parcelas en las que se recogen ramillos de arbustos y árboles (pino, encinas, varias clases de jara...). En el invierno esta labor se realiza una vez al mes, pero en el verano cada quince días. “La recogida se hace en el mismo sitio y a la misma hora y no tiene que haber llovido los dos días anteriores. Después, esas muestras se introducen en unos recipientes, que a su vez son trasladados en una especie de nevera al laboratorio del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA). Allí las pesan, las ponen en una especie de estufas que permiten desecar la planta en condiciones controladas y se vuelve a pesar de nuevo. La diferencia es el contenido de humedad”.
El cálculo de la humedad de las muestras que se han tomado sobre el terreno es una información valiosa porque ese dato y otros parámetros, como factores meteorológicos y de topografía determinan lo que se denomina índice DEX (índice de dificultad de extinción de incendios). Así, los profesionales de los incendios pueden consultar el mapa de la Comunidad teniendo en cuenta este índice y tomar decisiones sobre las actividades que habría que suspender o qué precauciones adicionales sería conveniente adoptar para evitar males mayores. Además, el índice DEX tiene en cuenta el valor ecológico y medioambiental de la zona en el hipotético caso de que se produzca un fuego.
Más allá de la prevención, esta investigación de laboratorio que determina el índice DEX sirve para vaticinar la propagación de un fuego, para alertar a los bomberos de las dificultades con las que se van a encontrar. “Nos ayuda a saber cómo se van a comportar las llamas. Si se desatan, hacia dónde se van a dirigir, su intensidad, su velocidad de propagación, la longitud de las llamas por que si pueden llegar a ser de 20 metros, por ejemplo, no se puede enviar trabajadores a combatirlo, porque no resultaría eficaz. Toda esta labor de anticipación nos ayuda a organizar los recursos que tenemos y determinar los que pueden ser más efectivos”, añade las responsable del Servicio de Incendios Forestales.
Junto a esta labor de laboratorio, también se toman como referencia fotografías del estado de los pastos, siempre del mismo sitio. Y esas instantáneas se comparan con la de ese mismo día en años anteriores, un indicativo también para ver el estado de la vegetación. Y es que detrás de todo el operativo contra incendios “está la ciencia, el estudio y la observación con lupa de la naturaleza. Nos apoyamos en la técnica”, dice Marta Jerez.
La pregunta ahora sería qué habría que tener en cuenta, según el índice DEX, de cara a los próximos 15 días. “Estamos en valores muy desfavorables en cuanto a humedad relativa (muy baja) e intermedios o favorables respecto a temperaturas, que van a ser más suaves que este pico que hemos tenido hace unos días. También va a hacer jornadas en las que el viento podrá ser fuerte. Estos son algunos de los principales factores que condicionan el fuego respecto a la meteorología”, explica la responsable. Por que luego, si atendemos a lo que vaticina la Agencia Estatal de Meteorología, hay una predicción estacional de mayo hasta julio en que las temperaturas pueden ser bastante elevadas en toda España y las precipitaciones más bien bajas en el centro y oeste peninsulares. Así las cosas, la precaución debe ser máxima.
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