Móvilidad

"Ángeles" al volante que pueden evitar que te multen

La alternativa para aquellos que no estén en condiciones de conducir su vehículo y no quieran dejar de asistir a una fiesta. La Guardia Civil ha realizado más de 19.300 controles de alcoholemia solo en el mes de junio

José, propietario de la plataforma `Ángeles al volante´.
José, propietario de la plataforma `Ángeles al volante´.Enrique CidonchaLa Razón

La oferta nocturna y de ocio en la capital vive su máximo esplendor. Esto, sumado a que los festivales han sido los protagonistas de la programación de los últimos meses ha multiplicado el trabajo de las fuerzas de seguridad del Estado. Primavera Sound, Boombastic, Love the 90’s o Tomavistas son solo cuatro de los nueve festivales que la capital ha acogido durante los meses de junio y julio. Y al menos, cuatro más se celebrarán entre agosto y octubre. En consecuencia, los controles de alcoholemia habituales y más frecuentes durante los fines de semana en la capital se ven incrementados de forma exponencial durante los meses de verano.

Pero muchas veces el alcohol y la noche pueden convertirse en el peor aliado para cumplir las normas. Conducir bajo los efectos del alcohol y de cualquier sustancia estupefaciente puede provocar distracciones, exceso de velocidad y poner en riesgo la vida de otros usuarios de la vía. Por este motivo, los controles de alcoholemia son una de las acciones más habituales de las autoridades de tráfico permitiéndoles identificar aquellos conductores que no se encuentran en situación de conducir. Hacerlo con alcohol en sangre es una de las acciones penadas más frecuentes en las carreteras españolas. Siendo los 0,25 miligramos por litro en aire espirado, la tasa de alcohol permitida, mientras que si es en sangre es de 0,5 gramos por litro. Sin embargo, para los conductores profesionales y noveles esta se sitúa en 0,15 y 0,3 en espirado y en sangre, respectivamente. Este tipo de controles los lleva a cabo la Policía Municipal de tráfico, llevando consigo un dispositivo portátil llamado alcoholímetro. Aquellos usuarios que soplen y no superen las limitaciones pueden continuar con la conducción, mientras que, si alcanzan la cifra límite, tendrán que repetir la prueba pasados diez minutos.

Es por esto, que desde la Policía Municipal recomiendan el uso del transporte público o los vehículos con conductor disponibles en la capital y así evitar este tipo de infracciones. Desde hace diez años, existe también la posibilidad de contratar un «ángel» al volante. Un sistema ya implantado en Latinoamérica y que consiste en la contratación de una conductor para que lleve el vehículo del particular cuando esté no está en condiciones de hacerlo. «En los últimos años, el ocio nocturno y la asistencia a festivales se ha ido afianzando en la ciudad, esto a hecho que nosotros también lo hagamos y que cada vez sean más las personas que nos necesitan», cuenta José Álvarez , responsable de «Ángeles al volante» a LA RAZÓN. Una demanda que han visto incrementada en los últimos meses y en consecuencia a los controles que realizan a la salida de estos festivales. «También nos encontramos con más de uno que ya ha vivido la experiencia de ser multado o que conocen a alguien que le ha pasado en otras situaciones similares. Por desgracia, tenemos la costumbre de intentar ahorrar todo el dinero que podamos antes que ser responsables». Ofrecen sus servicios tanto para aquellas personas que han bebido y no deben conducir su vehículo, como para aquellos que han sufrido algún percance de salud y no pueden hacerlo, invitados a bodas que quieren regresar a casa de forma segura o también cuando la Policía ha inmovilizado el vehículo en un control y el conductor no está en condiciones de llevarlo.

Su tarifa media suele rondar los 40 euros, lo que les permite posicionarse de forma competitiva con otros servicios similares. «Nuestra ventaja es que salimos más económicos que un vehículo con conductor de cualquier plataforma, en horario nocturno y en fin de semana, cuando la demanda es alta», apunta. Contratarles es tan sencillo como levantar el teléfono e indicarles si se desea un servicio inmediato o reservarlo para un momento concreto y establecer el trayecto y la forma de pago. Una vez confirmado el servicio, el «ángel» se dirige hasta la ubicación acordada y tras recibir las llaves, llevar al usuario de forma segura hasta el destino acordado previamente. En las últimas semanas, han notado un aumento de la demanda especialmente a causa de la celebración de numerosos festivales en la capital. Superando en algunas noches los diez viajes. Daniel de la Vega, fue uno de los usuarios que contrató dos conductores para regresar de uno de ellos junto a sus amigos. «Éramos seis personas y viendo cómo podíamos volver del festival encontré esta opción. Fue muy satisfactoria y volveremos a repetir». Además del precio, mucho más asequible que cualquiera solicitado a través de una «app» en ese momento de alta demanda, destaca la gran eficiencia. «Les enviamos una foto de los coches y cuando regresamos a la hora acordada, los conductores ya estaban esperándonos».

En los últimos años, han surgido empresas con servicios similares pero que no han logrado mantenerse en el tiempo, por tanto, «Ángeles al Volante», pueden considerarse los primeros por antigüedad. A corto plazo, esperan poder dar el salto a otras ciudades, pues cada vez son más las personas que les llaman de fuera de la región para contratar sus servicios. «Estamos viendo la posibilidad de crear una app que sirva de enlace para personas que quieran ofrecer su servicio como conductor y que otras puedan contarlo», explica Álvarez. Un paso importante para ellos, un empleo estable a aquellos que quieran convertirse en «ángeles».

4% de controles positivos

Solo en el mes de junio, Policía Municipal de Madrid llevó a cabo más de 19.300 pruebas de alcoholemia, según fuentes oficiales consultadas. Estas se realizaron por accidente, por infracción o en controles preventivos. De las cuales, un 4% fueron positivas y en consecuencia, sancionadas. Todas aquellas personas cuyo alcoholímetro marcó una cifra entre los 0,26 mg/l y 0,50 mg/l, tuvieron que hacer frente a una sanción económica de 500 euros y la pérdida de cuatro puntos de su carnet de conducir. Mientras que si las cifras oscilaron entre los 0,50 mg/l y los 0,60 mg/l, la multa ascendió a los mil euros y perdieron seis puntos. Para aquellos que superaren esta cantidad de alcohol, estarán haciendo frente a un delito penal, penado con entre tres y seis meses de prisión, así como meses de multas y la obligación de realizar trabajos en beneficio para la Comunidad. Siendo posible la retirada del carnet de conducir durante cuatro años. Es importante señalar que, la reincidencia en este delito, provoca que las penas y condenas puedan ser muy superiores. Del mismo modo, que para aquellos que se nieguen a realizar esta prueba de alcoholemia, pueden hacer frente a penas de prisión. Durante el mes de junio, fueron treinta las personas que se negaron a que se les realizase la prueba.