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Agua, un bien escaso (cada vez más)

Madrid acogerá en pocos días una Cumbre del Clima que pondrá el acento en el agua, en su escasez. En 2050 unos 6.000 millones de personas sufrirán cortes de agua. Que no se cumplan estos pronósticos es el objetivo

agua potable en el mundo
agua potable en el mundoJosé MaluendaLa Razon

El agua es un bien escaso... Su precio superará al del petróleo... El agua será un «arma estratégica»... Eso a medio y largo plazo, a corto, la realidad es que el agua es una necesidad urgente para cientos de millones de personas, que vive –o malviven– sin este elemento. Oriente Medio sobresale como la región más vulnerable en este apartado. Al menos 14 de los 33 países que tienen más probabilidades de enfrentarse a recortes en el suministro de agua, se encuentran en esa zona del planeta. Entre ellos, hay nueve países que podrían sufrir fuertemente la escasez de agua: Bahréin, Kuwait, Palestina, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí, Omán y el Líbano. Entre los más ricos de ellos, el petróleo no les salvará. Sólo impedirá que durante un tiempo sufran el devastador impacto de las sequías y las hambrunas. Salvo que tomen medidas. Y aún así. Australia, Indonesia, Filipinas, Mongolia, Namibia, Sudáfrica, Botsuana, Perú, Chile y distintos países del norte de África, también se enfrentan a un elevado riesgo de escasez de agua para 2040. El futuro no es demasiado alentador. En 2050 unos 6.000 millones de personas sufrirán cortes de agua. Es el 80% de la población que habita hoy el planeta tierra y el 60% de los 10.000 millones que se estiman para entonces. Un planeta que parece sacado de una película de ciencia ficción. En 2050 la mitad de los habitantes del planeta no tendrán acceso a agua potable. Y si no hay agua para el consumo tampoco la habrá para la producción agrícola –que hoy en día representa el 70% del agua dulce que se utiliza–. Ni tampoco para el desarrollo de la industria energética o la ganadera, imprescindibles, entre muchas otras, para el mantenimiento de la vida. Estamos obligados a repensar el mundo. Cambiar nuestros hábitos. La realidad es que para tener un litro de agua en el lineal del supermercado, antes, se han gastado cinco litros en hacer que esa botella esté en su sitio. Un lugar al que quizá no debería llegar en países como los europeos en que el agua del grifo es buena y sana. Madrid acogerá muy pronto una Cumbre del Clima que podrá el acento en el agua. Todo para que el planeta no muera de sed.