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La doble

6G: la fusión del mundo real y virtual llegará en 2030

Hologramas para comunicarse, avatares, aerotaxis sin conductor, degustaciones mejoradas de comida gracias a sensores y dispositivos conectados a nuestro cerebro... El 6G revolucionará nuestro día a día en la próxima década

6G : la fusión de mundo virtual y real llegará en 2030
6G : la fusión de mundo virtual y real llegará en 2030Dreamstime

El 6G promete fusionar el mundo real y el virtual. Gracias a esta nueva generación de comunicaciones móviles podremos reunirnos con personas de todo el mundo a través de hologramas; podremos degustar, tocar y oler comida del otro extremo del globo gracias a dispositivos hápticos; que nos opere en tiempo real un doctor desde Alaska, y movernos por la ciudad en coches o aerotaxis sin conductor. ¿Y qué hay de interactuar en el metaverso a través de un avatar con otros habitantes virtuales o asistir a un concierto y vivir la experiencia como si estuvieras en el escenario?

Se espera que el 6G revolucione nuestro día a día a partir de 2030 con nuevas aplicaciones en el campo de la salud, las ciudades conectadas, la industria, la agricultura, pero, ¿en qué consiste? En realidad, a día de hoy nadie sabe a ciencia cierta qué es; la tecnología se está definiendo. Hay un puñado de ideas sobre las aplicaciones que permitirá y sobre los estándares en los que se basará esta nueva generación de redes inalámbricas. En cuanto a las aplicaciones, recoge algunos de los usos más fantasiosos que se imaginaron para el 5G. Por ejemplo, la comunicación a través de hologramas. La causa de que algunas apps se retrasen, simplificando mucho, se basa en que el rápido crecimiento de la demanda de datos superarán las capacidades de las redes 5G. Manuel Lorenzo, jefe de Tecnología e Innovación de Ericsson España lo explica así: «Comparar algo que existe con algo que todavía está en definición es complicado. El 5G se definió hace 15 años y ahora se decidiendo a nivel internacional cómo va a ser la próxima generación. Con 5G, la transmisión de datos se ha hecho mucho más rápida y es bastante revolucionaria porque permite comunicaciones sincronizadas entre personas. El ejemplo más clásico es el de las operaciones médicas a distancia con la posibilidad de contar con segundas opiniones de otros médicos en tiempo real. El 6G irá todavía más rápido y abarcará la transmisión en tiempo real de lo que sentimos, tocamos y olemos, más allá del envío de audios y vídeos. Es lo que llamamos el internet de los sentidos. Cambiará la forma de interactuar con el entorno y, además lo hará tanto con personas como con objetos y máquinas. Todo estará conectado. Los robots ahora mismo pueden realizar tareas automáticas, pero en la próxima década tomarán decisiones y realizarán tareas en común de forma autónoma. Estará todo mezclado, el mundo real y el virtual, el hombre y la máquina».

En cuanto a las mejoras tecnológicas se habla de que el 6G multiplicará la velocidad en la transmisión de datos por 50 y reducirá la latencia o tiempo de respuesta de los dispositivos prácticamente a cero. «También se habla de multiplicar por cien el número de dispositivos conectados por km² o la fiabilidad de la transmisión. Si en 5G podía haber caídas de conexión de hasta 5 minutos en un año, ahora la posibilidad de fallo de conexión es de solo 3 segundos. Además de la respuesta más inmediata, también mejora la eficiencia energética, se reduce el consumo de energía por bit transmitido, de forma que se equilibra la multiplicación de dispositivos», detalla José Manuel Riera, catedrático de la Escuela Técnica de Ingenieros de Telecomunicación de la Universidad Politécnica de Madrid.

¿Es factible que el 6G esté ya desplegado en 2030 cuando el 5G está empezando su instalación real ahora? El objetivo era que el 5G estuviera ya desplegado en 2020, sin embargo los primeros anuncios sobre el despliegue de 5G stand alone (también llamado real porque supera las mejoras del 4G a través de software y junta nuevo hardware y software específico para 5G) han comenzado este 2023. Según datos de Ericsson, el desarrollo de 5G en polos globales de influencia ha sido rápido y relevante como lo muestran los ejemplos de Corea del Sur (86%), América del Norte (31%), China (28 %), Japón (19 %) y Oriente Medio (13 %) frente a un 11 % en Europa. «EE UU facilitó el desarrollo de un ecosistema de start-ups centrado en la creación de nuevos servicios digitales entre 2011 y 2020 valorado en 12.000 millones de dólares frente a un ecosistema de 2.000 millones de dólares en la UE”»

¿Por qué parece ir todo más despacio de lo previsto? Más allá de la apuesta por invertir de cada país hay un punto que tiene que ver simplemente con los tiempos del desarrollo tecnológico. El proceso es similar en todas las generaciones de comunicaciones móviles: primero hay que definir usos posibles y consensuar los estándares tecnológicos a nivel internacional para que cualquier dispositivo, hecho en China o fabricado en EE UU, pueda «entenderse» con cualquier otro del mundo. Un proceso que lleva varios años. Aun así hay que poner en valor el espectacular avance de las redes inalámbricas. En 2010 apareció el 4G, que trataba de poner en contacto a personas a través del móvil, internet y aplicaciones y cada nueva década promete una nueva generación. «El 5G ya supone un salto cuantitativo en el sentido de que el foco de la comunicación ya no está solo en los teléfonos. Carreteras, ciudades o hasta la ropa son susceptibles de convertirse en dispositivos que envían datos. Estamos en el momento del despliegue y de ver qué usos son interesantes para la economía general y cómo se monetizan», comenta el catedrático de la UPM.

Dudas por resolver

La monetización es uno de los retos pendientes, ¿porque qué aplicaciones absorberá el mercado y cómo responderán los consumidores?, Sin embargo, no es el único. Cada nueva generación necesita más recursos, es decir, más espectro de frecuencia. «Ya el 4G aumenta el uso de bandas de frecuencia, aunque es cierto que aprovecha mejor cada una de ellas, con lo que se gana en capacidad de transmisión de datos y velocidad. El 6G aumentará aún más las frecuencias que utiliza, incluso las ópticas», continúa Riera. ¿El uso de tantas frecuencias es seguro para la salud? «A nivel de contaminación, no hay diferencias con otros tecnologías. Todas se basan en ondas de radio y están sujetas a normativas de máximos de emisión donde hay población. A veces hay más estaciones pero la potencia es más baja con lo que los riesgos son menores. Es cierto que puede haber problemas de percepción social, pero hay que confiar en las regulaciones al igual que confiamos en que el agua que sale de nuestro grifo es apta para el consumo. Con las ondas electromagnéticas pasa lo mismo». Y, por último, ¿tanto dispositivo conectado no es un problema para garantizar la seguridad? «Cuantos más dispositivos, más puertas de entrada para posibles hackeos, pero la mejora de los sistemas de seguridad tienen que ir a la par, porque una industria que tenga su maquinaria conectada no puede estar expuesta al ataque de los hackers», concluye.

¿Más dispositivos, menos consumo?

Si aumenta la eficiencia de los dispositivos, pero estos aumentan exponencialmente; ¿realmente se reducirá el consumo energético? «La industria se está preparando para ser eficiente. El 5G ya reduce el consumo de toda la red de transmisión y aumenta la eficiencia, pero es que además, ayuda a minimizar los desplazamientos y viajes, que se podría realizar de forma inmersiva sin salir de casa», comenta Manuel Lorenzo de Ericsson.