Metro de Madrid

Metro eliminará todo el amianto de la red

Contrata a una empresa homologada para retirar «de forma inmediata» las piezas que contengan el mineral cancerígeno en más de 90 trenes

Mascarillas por la salud de viajeros y empleados
Mascarillas por la salud de viajeros y empleadoslarazon

«De forma inmediata». Metro tomará medidas para desamiantar trenes y subestaciones de toda la red madrileña. Así lo aseguró ayer en su segunda comparecencia en la Asamblea el consejero delegado de la empresa, Borja Carabante.

«De forma inmediata». Metro tomará medidas para desamiantar trenes y subestaciones de toda la red madrileña. Así lo aseguró ayer en su segunda comparecencia en la Asamblea el consejero delegado de la empresa, Borja Carabante, quien explicó que ya se ha adjudicado a una empresa los trabajos para retirar el amianto. Se trata, añadió en los pasillos de la Cámara regional, de «una empresa homologada» inscrita en el registro de empresas con riesgo por amianto que, una vez estén aprobados los planes de trabajo y se sustituyan las primeras unidades en las que se ha detectado el mineral cancerígeno –en entre 69 y 92 de los trenes en circulación en las líneas 1, 9 y 6, menos del 4% del total–, irá sustituyendo las piezas afectadas de absolutamente todas las instalaciones de Metro. El plan también contemplará la retirada de falsos techos de uralita de más de 40 estaciones antiguas (una veintena más de las 23 previstas inicialmente). «Tenemos que hacerlo compatible con el servicio y pretendo convocar a los sindicatos para planificar ese plan. El coste se determinará en ese plan y va a suponer muchos millones de euros. En las instalaciones tenemos previsto destinar 100 millones de euros y vamos a ver si somos capaces de ponernos de acuerdo y que los sindicatos colaboren», aseguró en declaraciones recogidas por Ep mientras varias decenas de trabajadores protagonizaban una protesta en la puerta de la Asamblea ataviados con mascarillas y los maquinistas celebraban paros en la red.

Carabante, que insistió en trasladar un mensaje de tranquilidad para viajeros y trabajadores y repitió que la presencia de amianto no supone un peligro para nadie salvo que «se manipulen y mecanicen, ya que desprenden fibras que puedan ser inhaladas», solicitó a los grupos de la oposición que no generen alarma social con este tema. Asimismo recordó que «el porcentaje máximo de amianto hoy en cada uno de los trenes se trata del 0,009 por ciento de su volumen» y que la pieza de los que lo tienen «no es más grande que una caja de zapatos y tiene el 10 por ciento de amianto». Además, el consejero delegado de Metro llevó a la comisión de Transportes, Vivienda e Infraestructuras 14 actas de la Comisión de Seguridad y Vigilancia de la empresa, una prueba dijo de que la «seguridad de la red de Metro está garantizada absolutamente».

Desde que en marzo de 2017 el servicio de salud laboral reconociera que el cáncer que padece un trabajador encargado del mantenimiento de las escaleras mecánicas podría deberse a la manipulación de piezas de frenado hechas con amianto, Metro ha realizado pruebas específicas y revisiones a 342 trabajadores. En todos los casos el resultado de estos chequeos ha sido negativo. Asimismo la empresa, cuya dirección actual insiste en que no había tenido noticias del amianto hasta ahora a pesar de que la oposición le reprocha que ya hicieron un inventario de trenes afectados en 2003, ha dedicido mantener reuniones diarias con los trabajadores para informar de todos los avances en lo relativo al amianto y las medidas a tomar. El objetivo, insistió Carabante, es que todos los departamentos de Metro actúen de forma conjunta para tratar de forma adecuada esta polémica problemática. De momento este asunto ya le ha costado a la empresa pública de transportes una multa de la Inspección de Trabajo de 191.000 euros (que ha recurrido) y la investigación del caso por parte de la Fiscalía, que esta misma semana envió a agentes de la Policía Judicial a inspeccionar las cocheras de Laguna y Cuatro Vientos –en las que se depositan la mayor parte de los trenes de las series 2000 y 5000– para, en compañía de empleados de Metro, realizar una inspección de las piezas que contienen amianto. De momento se ha reconocido la enfermedad profesional por haber manipulado amianto a un trabajador de mantenimiento y los casos de dos más están en observación.