Citroën sigue de fiesta

La marca celebró sus 100 años con el "encuentro del siglo", una concentración en la que participaron miles de seguidores con modelos de ayer, de hoy y del futuro

Casi cinco mil vehículos de todas las épocas y más de cincuenta mil espectadores acudieron procedentes de todas partes del globo a la gran celebración del primer Centenario de la marca Citroën. Una gran concentración -apodada el "Encuentro del Siglo"- en tierras francesas, más concretamente en la pequeña población rural de La Ferté-Vidame, sede del centro de desarrollo y pista de pruebas de la marca. A la sombra de las ruinas del antiguo castillo, Citroën y su asociación de clubes orquestaron un gran parque temático entorno al Centenario: una zona institucional para los actos oficiales y los invitados, con un despliegue de vehículos pertenecientes a la colección del "Conservatoire Citroën"; una zona -tres, mejor dicho- de amplias praderas para acoger, ordenados por modelos y épocas, los más de cuatro mil coches llevados por clubes y coleccionistas particulares; una zona de restauración (a base de food-trucks) y de descanso para los espectadores y participantes; otra, reservada a mercadillo de piezas, accesorios y servicios, muy concurrida siempre y con cosas muy interesantes (Citroën es un mundo en sí mismo...); una subasta, un concurso de elegancia, un escenario con música en directo, fuegos artificiales nocturnos... hasta una "Tour Eiffel"en miniatura complementaban la celebración.

Durante todo el fin de semana, la tranquila población de La Ferté-Vidame fue un hervidero de coches y personas, de ir y venir... La mayoría de los participantes llegaron rodando por las pequeñas carreteras locales, realizando excursiones y -cómo no- accediendo a la secreta pista de pruebas de Citroën, donde se desarrollan todos los modelos desde los años treinta del Siglo XX. Si los inmensos y ordenados parkings ya eran un espectáculo por sí mismos (había que ver la calidad y estado de todos los coches presentes), tampoco había que perderse los sacados del fondo del "Conservatoire": un primitivo tractor agrícola, modelos que nunca llegaron a la producción, los famosos tres prototipos de 2CV que fueron enterrados para ocultarlos a los nazis, coches y carrocerías exclusivos, modelos de competición (como los ZX del Paris-Dakar, los sucesivos modelos del Mundial de Rallyes o el reciente C-Elysee campeón del WTCC), los "semioruga"originales de los Cruceros Amarillo y Negro de hace noventa años, los DS y SM acortados para los rallyes africanos de los '70... y toda la gama de modelos actuales ¡y futuros!, como los dos "concept-cars"eléctricos, autónomos y conectados presentados este mismo año.

Citroën siempre ha sido sinónimo de innovación, desde la fabricación de automóviles en cadena a los grandes hitos tecnológicos, como el Tracton Avant de tracción delantera y carrocería monocasco, su sucesor -el DS- con servoasistencia integral hidráulica y carrocería aerodinámica, que hasta ha dado origen a una nueva marca, o el inmortal 2CV en todas sus variantes (actualmente los transforman con motor eléctrico!). Preparadores y restauradores ofrecían todo tipo de servicios para modelos de distintas épocas: soluciones para los siempre complicados sistemas hidráulicos de distintos modelos, reconstrucciones integrales, transformación de furgonetas actuales al estilo retro de las Tipo H, piezas nuevas y usadas... Aunque si algo caracteriza a los Citroën es su robustez: pudimos pasear por el circuito de pruebas con un "Traction"15/6 de los años '50, dotado ya de suspensión hidroneumática en el tren trasero y del motor de 6 cilindros: un cochazo para la época -su diseño databa de los años '30- amplio y confortable como pocos, con un motor elástico y potente y apenas tres marchas en el cambio. Uno se pregunta para qué hacen falta tantas en los coches modernos...

Los aficionados a la marca disfrutaron de un fin de semana inolvidable al aire libre, pleno de actividades, encuentros y momentos inolvidables, de nostalgia y de pasión por la marca del "Double Chevrón".