Crítica de cine

Ni carne ni pescado

Dirección: Christian Vincent. Guión:Etienne Comar y Christian Vincentk. Intérpretes: Catherine Froy, Arly Jover, Hippolyte Girardot. Francia, 2012. Duración: 95 min. Comedia.

La Razón
La RazónLa Razón

El maridaje entre el séptimo arte y la gastronomía ha dado desde siempre muy buenos productos, como «El festín de Babette», aquella delicada ambrosía cosecha de 1987 hace muy poco tiempo justamente reivindicada hasta por el Papa Francisco. Lástima que la producción de Chistian Vincent no pueda ocupar un puesto de honor en dicha jerarquía. La gracia, la sal de la historia sobre una respetable y excelente cocinera de origen rural que tiene la suerte de trabajar nada menos que para el presidente francés en el Elíseo aunque deba hacer frente a las envidias que ello suscita entre sus propios compañeros se acaba pronto, demasiado pronto. A pesar de que el director entretenga al respetable con la primorosa elaboración de unos platos dignos de estrella Michelin y de que la protagonista femenina, Catherine Frot, realice un trabajo, si no inolvidable, cuando menos meritorio en la piel de tal dama de las cazuelas, todo resulta demasiado escaso y en exceso previsible. Ni salado ni dulce, ni drama (no hay ninguna lectura política de trasfondo) ni comedia (cuánto le cuesta conseguir que el espectador esboce siquiera media sonrisilla), ni carne ni pescado. Un filme correcto de buena factura visual para pasar un rato agradable que, sin embargo, resulta a la postre demasiado insípido. El cine francés, últimamente, está fallando hasta entre fogones. Eso que nos consuela.