Opinión
No morir
No morir es la promesa que nos hacen los ingenieros José Luis Cordeiro y David Wood en el libro de editorial Deusto «La muerte de la muerte», que parece un himno de Pascua. Escriben que la muerte estará superada en 2045, gracias al alargamiento de los telómeros. Que Google y los grandes del mundo (Bill Gates, Mark Zuckerberg) están en ello. Y que la gente vivirá para siempre en buenas condiciones. La vejez no existirá.
Entrevisté a Cordeiro el mismo día que murió el Dj y compositor Tim Bergling, más conocido como Avicii. Con 28 años se había reventado el páncreas con alcohol. Millonario, retirado en Omán, había dejado la bebida, pero su organismo ya estaba demasiado deteriorado. Confesaba que llegó a trabajar sesiones de 60 horas a base de pastillas y cócteles y que vencía así la timidez. Es un extraño mundo este, en que los más ricos se pelean por no morir y otros derrochan su vida en la búsqueda alocada de fama y éxito. En unos casos la salud lo es todo, en otros parece no valer un ápice. Detrás de ambas cosas hay un ansia devoradora.
Le pregunté a José Luis Cordeiro por qué quería vivir siempre: «La vida es muy bonita», contestó, «tenga en cuenta que no habrá vejez, todo el mundo será joven y hará cosas». Inquirió, a su vez, por qué me resistía a no morir. Medité. No, no quiero esta vida para siempre, quiero mucho más. Quiero el infinito, me lo pide el corazón.
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