Opinión

Las Campos se van de boda

Terelu iba de Cavalli venido a menos y Carmen flotaba en una nube de volantes rosas el fin de semana pasado en la boda de Yolanda Purón,en Córdoba.Nada que ver entre una hermana y otra, a parte de ser hijas de María Teresa. La mayor estaba guapa como pocas veces, la melena perfectamente cuidada y con mechas muy suavizadoras, mientras Carmen iba normalita, como de costumbre. Terelu me contó el apaño que realizó al modelo tan escotado que lució: «No sabía qué ponerme y mirando el fondo de armario descubrí este traje. Era largo y con manga. Eliminé la falda y abrí más el escote». Y bien se admiraron muchos, fijándose en el canalillo levantador de suspiros que casi retumbaban bajo la antigüedad de la preciosa capilla mudéjar que los Reyes Católicos hicieron construir en 1400. Hoy es una joya corbobesa y compite con la Mezquita, a quienes los del lugar no llaman Catedral, fieles y devotos de su primer cometido piadoso. Sorprende, porque los foráneos siempre la llamamos Mezquita-Catedral, ambas imponentes, especialmente la primera con su bosque de columnas tan eternizado cuando lo pusieron en los billetes de uso normal.

Una novia atípica

Córdoba es una joya andaluza y por eso produce envidia hasta en Sevilla, ya no digamos a los malagueños, que la tienen a tiro de piedra. Sorprende que en su gastronomía abunden los platos de bacalao, recuerdos de otros tiempos. La capilla se encuentra hoy en la facultad de Filosofía, por eso la escogió el novio y ex alumno para casarse con Yolanda. Fue una novia atípica con un mazo vegetal como ramo, sin descuelgue ni color, vestida de elegante gasa verde botella: «Ya no tengo veinte años, no puedo ir de novia tradicional», subrayó. Javier Cofiño se encargó de florearle el moño alto. El creador del peinado de Enrique Iglesias, al que dejó de atender para no descuidar sus peluquerías, hacía las maletas porque ha sido llamado a Marruecos para responsabilizarse de la nueva primera dama del querido país tan próximo, del que solo nos separan los 14 kilómetros del Estrecho. «Como Mohamed VI acaba de separarse tras 17 años de polémica y rechazada unión con una estilosa pelirroja, su hermana mayor asumirá los compromisos oficiales. Yo objeté que no sé francés, pero me enteré de que dominan el español porque todos los príncipes tuvieron una “nanny” de Valladolid. A ver qué quieren», le contó a Rafa Lorenzo, creador del irreemplazable «¡Qué tiempo tan feliz!», donde el plantel de la familia Campos se lució durante ocho años únicos que compartí.

El programa supuso una renovación, igual que «Tómbola», en los 90, aportó una visión más original al «Corazón» televisivo. «No me gustan nada los que se hacen ahora. Están como sin rumbo», observó Lorenzo ante Esperanza Gracia, la que mejor lee las cartas. Repasaba el futuro de Belén Rodríguez, también ataviada con volantes como homenaje al entorno, mientras la ya desposada miraba el ayer evocando con Terelu y Carmen sus muchos años de tele compartida, disfrutada y también padecida, que no es oro cuanto reluce. Las hermanísimas acaban de grabar en Málaga con Bertín Osborne y me anticipan maravillas de cómo ha quedado. El presentador y cantante tuvo que parar varias veces por ataques de risa. Y es que si solas son pólvora, formando tándem resultan irresistibles en el mejor estilo de la saga Campos.