Opinión
Brassaï trae la ciudad de París a Madrid
Doscientas imágenes recorren la trayectoria de Brassaï en la gran retrospectiva que la Fundación Mapfre dedica a este maestro de la fotografía. El artista, que en realidad se llamaba Gyulá Halász y había nacido en Brassó, Transilvania, se había formado como escultor y pintor en Budapest y Berlín. Durante unos años se ganó la vida como caricaturista, pero el auge de la fotografía, que había empezado a sustituir a las ilustraciones tradicionales en los diarios, le convenció para cambiar de disciplina creativa. De esta manera, dejó el lápiz y lo cambió por una cámara.
El principal eje de su trabajo como fotógrafo fue París, ciudad a la que llegó en 1924 con la intención de convertirse en pintor. Pero no sería hasta seis años más tarde cuando vio sus deseos cumplidos y pudo trasladarse a vivir a la capital de Francia. Durante la siguiente década, Brassaï retrataría sus calles, sus cafés y sus gentes. Lo hizo de día y de noche, desde la alta sociedad hasta los marginados, contribuyendo así a la construcción del imaginario fotográfico que todavía mantiene la ciudad del Sena.
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