Opinión

Cospedal se moja

El factor psicológico es clave en política. Así que Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado tiran de arrojo sabedores de que ya sus pasos pueden inclinar a los compromisarios en favor de uno o de otro. Por eso, Casado busca recalcar la dimensión de sus apoyos. Máxime cuando los últimos sustentos de la ex vicepresidenta han sido personas tan distantes ideológicamente del PP como Zapatero o Rosa Díez. El joven político, sin embargo, ha ido sumando a su alrededor a los precandidatos que cayeron en la primera vuelta. Y, encabezándolos a todos, a la propia María Dolores de Cospedal.

El golpe de efecto de la ex secretaria general –que ha servido para culminar el apoyo de ex ministros como Isabel García Tejerina, Juan Ignacio Zoido o Rafael Catalá, ahondando en la idea de la existencia de un trasvase del cospedalismo– no es cualquier cosa. Quienes la conocemos sabíamos que iba a apostar por Casado, aunque le bastaba con situar a su gente con el candidato en los actos públicos. Sin embargo, ha preferido «mojarse» personalmente.

El paso al frente de Cospedal, que según voces internas puede ser clave, parece haberlo desencadenado, sin pretenderlo, un «sorayo» de pro como Alfonso Alonso, quien encabezó una recogida de firmas entre líderes territoriales por la integración, idea fuerza de la que ha querido apropiarse el sorayismo. El intento, aunque legítimo, resultó baldío y simplemente dio alas a Casado, que exhibe fortaleza allá donde va y ya aprovechó su visita a San Fermín la semana pasada para reunir discretamente en la misma mesa a los barones de Navarra, Asturias, Aragón y La Rioja. Pero, el espaldarazo ayer de la presidenta del PP de Castilla-La Mancha sin duda marca la cuenta atrás del Congreso y llena de dudas al equipo de Soraya.