Opinión
El liderazgo de la mayoría
La característica fundamental que va a definir los próximos meses políticos será la ruptura unilateral por parte de Pedro Sánchez de consensos que habíamos conseguido labrar desde la Transición. Hace ahora cuarenta años, los españoles acordaron un marco de convivencia con el que cerrar heridas del pasado y unificar España. Todo ese patrimonio puede ser dilapidado por el actual presidente. Por ello, Pablo Casado ha tenido los suficientes reflejos para abogar por una ley de la concordia. Con la refriega a propósito de la Memoria Histórica, de la que Sánchez por cierto no dijo ni mu cuando lo recibió en La Moncloa, el líder del PP es muy consciente de que se pretende empujar a sus siglas hacia la derecha y desviar la atención de las cuestiones de calado.
Así lo atestiguan los guiños hacia Quim Torra y demás secesionistas, pese a que la respuesta hayan sido más desplantes. El líder popular ha acusado al presidente de bordear líneas rojas con su oferta de un referéndum por el autogobierno. Casado, partidario de poner coto a la subasta indiscriminada de competencias, cree que todos los esfuerzos habrían de conducirse a un mismo objetivo: evitar el enfrentamiento civil, dada la fractura social tan enorme en Cataluña. Sin embargo, poco puede esperar de Sánchez, con parte de su entorno cuestionando los fundamentos del orden político que hemos construido entre todos. El PP, como heredero legítimo de los protagonistas de la Transición, no del franquismo, está en posición de insistir en la recuperación de espacios de acuerdo para fortalecer las políticas de Estado y los principios constitucionales en pos de una mejora de la calidad de nuestra democracia. Y todo ello, pensando en mejorar el bienestar, fortalecer la competitividad de nuestra economía y afrontar con garantías de éxito los retos del futuro. El PP se prepara para perfilar una oferta programática ambiciosa y una alternativa ilusionante, cercana, útil y precisa a la gestión de Pedro Sánchez, cargado de hipotecas con el rupturismo y demasiado dispuesto a hacer de Pablo Iglesias su socio preferente. Ha llegado el momento. Pablo Casado tiene un amplio camino por recorrer. Está acertado en el diagnóstico, aunque todavía debe desplegar su recetario al completo para reconducir la situación y liderar la mayoría. Los españoles están alerta.
✕
Accede a tu cuenta para comentar