Opinión

23 de enero, símbolo de libertad y democracia

Ayer fue un día especial para Venezuela, en esta fecha se celebra la caída de la penúltima dictadura y es una fecha de hondo calado simbólico. El país la considera un hito en su historia nacional, pero también un símbolo de libertad y democracia, alcanzadas a través de un sensato acuerdo cívico-militar para deponer a la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, de cuyo derrocamiento se cumplieron 61 años.

Hay momentos en que la historia pareciera ser circular, en que los eventos juegan a repetirse y se encuentran múltiples analogías con el presente. Pero también aquí hay elementos que hacen apreciar el día de ayer como muy distinto. Una es la magnitud de la crisis que vive el país: Venezuela arriba al 2019 con un millón de enfermos palúdicos, una enfermedad que había sido erradicada en Venezuela desde la década de los 50. Otra cifra impactante es la merma en los niveles de producción petrolera de dos millones de barriles diarios. El país con las más grandes reservas probadas de crudo del mundo ha perdido, en sólo una década, más de las dos terceras partes de su producción. Pero además Venezuela cerró el pasado año con una inflación interanual cercana al millón por ciento. Son tres indicadores demoledores del desgobierno de Maduro y el brutal empobrecimiento del país.

Un segundo elemento que hace el 23 de enero de 2019 muy distinto al de 1958 es la dimensión del éxodo nacional, que podría alcanzar los 4 millones de venezolanos, cerca de un 15% de la población nacional. Es un éxodo que viene causando un severo desequilibrio hemisférico y llevando las fronteras de la tragedia venezolana a varios países latinoamericanos, con duras implicaciones en la saturación de los sistemas socio-sanitarios de los países andinos, así como brotes xenofóbicos. Se teme que la migración forzosa genere un efecto dominó de inestabilidad regional, y por ello el llamado “Grupo de Lima” integrado por 16 países de la subregión reaccionó ayer al unísono y con la celeridad de un ultimátum, reconociendo al presidente interino.

Venezuela hoy son dos países: el de dentro y el de fuera. Los 4 millones del exilio forzado y los 25 millones que están en dentro del territorio se miran a sí mismos como parte de una unidad inseparable. Ayer esos dos países marcharon como un todo llevando un mensaje global desde desde todas las calles de Venezuela y desde 300 ciudades del mundo para evidenciar el aislamiento del dictador y el repudio a la tiranía.

En medio de esas multitudinarias manifestaciones de apoyo en toda Venezuela asumió la presidencia interina de Venezuela el presidente de la Asamblea Nacional, el parlamentario Juan Guaidó, en un procedimiento contemplado en la constitución. Días atrás, el pasado 10 de Enero, fecha en que también de acuerdo a la constitución nacional debía juramentarse el nuevo presidente electo, el parlamento había declaró a Maduro como “usurpador” del cargo. Había “ganado” unas elecciones extemporáneas en las que, entre otras irregularidades, tuvo la potestad de escoger a su contendor, tras asegurarse que cualquier candidato competitivo estuviera preso, exiliado, inhabilitado o muerto.

Guaidó ha asumido no sólo la presidencia interina que conduzca a Venezuela a un proceso electoral en condiciones justas y competitivas, sino que ha sabido tomar las riendas del ánimo nacional. No es un outsider, es un dirigente político experimentado y un profesional bien formado. En su pedigrí político está el ser parte de la llamada generación 2007, estudiantes que se levantaron contra Chávez y ayudaron a que recibiera su primera derrota electoral. Guaidó es parte de dos generaciones de venezolanos nacidos en democracia y que llevan en sus memes culturales los valores democráticos. Por eso cuando la dictadura cierra una puerta, la democracia que llevamos dentro se empeña en abrir una ventana. Y una sociedad que simulaba estar dormida y alienada de los procesos político-electorales se levanta con fuerza y retoma sus bríos en sólo dos semanas. Guaidó es una muestra no sólo de lo que somos, sino de lo que seremos cuando la pesadilla termine...

Ayer era el día 13 del “nuevo” gobierno de Maduro. Y se notó...

*Consultora política en @DataStrategia y profesora invitada de la Universidad de Navarra en Comunicación Política