Opinión
¡Venezuela, carajo!
En el laberinto de los tiranos caribeños duermen niños que jamás han visto una carretera recta. Los que trabajan solo para comer lo mínimo en aras de encontrar lo máximo, ese líder pajarito. Y los aprovechados comunistas de la oronda España, que primero llenaron sus bolsillos, luego se retractaron, y ahora les gustaría unirse a una guerrilla contra Guaidó. Un laberinto como de «El resplandor», en el que un titán moreno fuera del tiempo, aturdido en su psicopatía, persigue a gorriones indefensos a través de la maleza. Iglesias y Garzón, esa pareja de perdedores, ansían ganar la batalla de la propaganda. «Venezuela se respeta, carajo», fue el lema en tuiter.
Para respetar al país hermano lo primero sería contar la verdad y no relatos breves contados alrededor del fuego como rito iniciático de la tribu progre. Han endiosado tanto el régimen chavista que visto el inframundo que transita ahora no saben muy bien cómo cabalgar entre escorpiones. Podemos se rompe, Maduro se acorrala, pareciera que el destino ha marcado las cartas para que la alianza populista acabe en sangre inocente. Podemos podría presentarse a las elecciones venezolanas con la ayuda de Sánchez. El nieto de las empanadillas haría albóndigas con la oposición. La ultraizquierda pierde, aun en el caso de que Maduro siga de presidente, a uno de los nombres de su santoral.
Maduro les hará la campaña electoral de mayo. Veremos más cadáveres, más encarcelados, más tristes. Si lo que gusta a Podemos es la revolución se ha equivocado de barricada. Piensen: ese era el modelo que querían exportar con ardor patriótico.
✕
Accede a tu cuenta para comentar