Opinión

Telefónica noquea a Hacienda

Hace más o menos una década algún avispado director de la Agencia tributaria inició una inspección a Telefónica. Ignoro si cobró bonus, pero, finalmente, le clavó a Telefónica una sanción de 206 millones de euros. A diferencia de otras víctimas, Telefónica decidió hacer valer sus derechos ante los tribunales. Ahora, la administración de justicia ha quitado la razón a la Agencia tributaria – lo hace en más del cincuenta y uno por ciento de los casos – y tendrá que entregar a Telefónica una cantidad que puede superar holgadamente los mil millones de euros. A eso hay que añadir unos intereses diarios de dos millones y medio, intereses que, a día de hoy, ya superan el centenar. Ante este agujero en las cuentas públicas provocado por la Agencia tributaria se me ocurren algunas preguntas. 1. ¿Quiénes fueron los inspectores de la Agencia tributaria responsables de este gravísimo desastre para la economía nacional? 2. ¿Cobraron esos inspectores bonus o recompensa por perpetrar esta acción contra derecho devenida en calamidad? 3. En ese caso, ¿devolverán con intereses los bonus y recompensas que cobraron? 4. ¿Respaldarán esos inspectores con su patrimonio personal el desastroso quebranto que, por sus acciones, sufrirán las cuentas nacionales? 5. ¿Se procesará por negligencia o prevaricación a esos inspectores? 6. ¿Se cesará a esos inspectores ya que por su acción se han perdido más de mil millones de los contribuyentes? 7. ¿Por qué los funcionarios y cargos públicos se ven libres de responder de un daño tan colosal causado a la economía pública? y 8. Aparte de perseguir más a los ciudadanos o endeudar más a España, ¿cómo piensa Hacienda recuperar el dinero perdido por sus actos contrarios a la ley? Todas estas preguntas tendrían que ser respondidas de manera rápida y clara, pero, sobre todo, debería articularse un marco legal que impida que los responsables de semejantes desaguisados queden impunes. Mientras esos inspectores de la Agencia tributaria, funcionarios, cargos públicos, no respondan por el inmenso quebranto económico que causan a la economía nacional, esos agujeros de miles de millones de euros los pagarán sus víctimas: esos ciudadanos de los que se pretende que carezcan de derechos verdaderos y que sólo puedan agachar la cabeza y dejar que los desvalijen. En otras palabras, Telefónica ha noqueado con toda razón a la Agencia tributaria, pero el guantazo se lo van a llevar los contribuyentes de siempre.