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Opinión

La Moncloa bien vale un indulto

En París, en su propia Semana de Pasión, Notre Dame humea historia, creencias y cultura y despierta en muchos raíces profundas que parecían secas. En la vieja Europa, construcción cristiana milenaria y de éxito, lo admitan o no hasta los más ateos y antirreligión, algo significará. Enrique de Borbón, rey de la Navarra francesa, tuvo que convertirse al catolicismo en 1593 para acceder al trono francés como Enrique IV, primer monarca de la dinastía Borbón. Abjuró del calvinismo hugonote en Saint-Danis, cerca de la capital gala, y la leyenda, probablemente apócrifa, afirma que al hacerlo dijo «París bien vale una misa».

El ejemplo de Enrique IV, como ejemplo de que todo vale para alcanzar unos objetivos, ha sido frecuente en la historia y sigue vigente. Muchos políticos han seguido las enseñanzas de aquel monarca, aunque el que en plena campaña –antes de las elecciones– rompan su palabra, como acaba de hacer Pedro Sánchez, tiene pocos precedentes. Los votantes suelen aceptar, no sin resignación, que sus candidatos, una vez elegidos no cumplan en todo o en parte sus compromisos. El presidente del Gobierno se comprometió a participar en un debate electoral en Atresmedia. Quería aprovechar la presencia, que impuso, de Abascal (Vox) para tildar también de extremistas a Casado y Rivera. La insólita –no puede tener otro calificativo– decisión de la Junta Electoral Central de impedir la participación de Vox ha sido la excusa de Sánchez para renunciar a ese debate y acudir, ante los líderes del PP, C's y Podemos, a Televisión Española en donde quizá –porque la controla– se encuentra más cómodo. Nada le impide todavía medirse con Casado, Rivera e Iglesias en Atresmedia pero, si no lo hace, será simplemente un «malqueda», alguien sin palabra, capaz de romper un compromiso mientras pide el voto. Tal vez sirva para los muy convencidos, pero esa teórica legión de indecisos puede pensar otra cosa.

Sánchez es el favorito para el 28-A, como la Juve y el Madrid antes de tropezar con el Ajax. Quizá no sea todo tan sencillo y por eso el PSOE, como dejó claro la ministra María Jesús Montero «pillada» por Cayetana Álvarez de Toledo en otro debate electoral, se resiste a decir que no indultará a los posibles condenados por el 1-O. Sánchez necesita votos en Cataluña y, sin duda, cree que negar el indulto se los quitará y que no le afectará en el resto de España. Veremos. En cualquier caso parece obvio que para Sánchez la Moncloa bien vale un indulto o, por lo menos, no descartarlo.