Opinión

Se busca pócima

Pedro Sánchez o el «trifachito». Así de simplificador ven el 28-A en el PSOE. Los estrategas socialistas aseguran que la insistencia en ese 3x1 es la ola que su líder debe surfear hasta La Moncloa. En Génova la disyuntiva es distinta: Pablo Casado o un Gobierno Frankenstein. Siempre habíamos escuchado decir a los expertos que la campaña electoral no movía en realidad ni un solo voto, y que los quince días previos a las elecciones meramente servían para dar ánimo a los convencidos. Pero, como se decía, ya nada es igual. Ahora, con la campaña en marcha, aseguran que cualquier cosa puede ocurrir. Que hasta el rabo todo es toro. Así que los partidos, principalmente los que tienen opciones de gobernar o de ser actores trascendentales para que arranque un Gobierno, se han lanzado a identificar quién es el español indeciso. Se buscan votantes transversales.

El PSOE, por ejemplo, que ha jugado a vender la piel del oso antes de cazarlo, rastrea nuevos caladeros donde pescar. Y, por lo que se ve, una vez arrastrado todo lo que se podía de Podemos, ha puesto rumbo hacia los descontentos con Albert Rivera por haberse «arrojado» a la foto de Colón. Por llamativo que sea, Sánchez defiende ahora, sin sonrojarse, que su proyecto es el único «moderado». Los tracking que manejan desde Ferraz le conceden la victoria, incluso holgada, pero los colaboradores del presidente avisan de que Casado tiene todavía «mucha capacidad» de crecimiento. Igual que lo observan para Santiago Abascal. La resurrección de José María Aznar quiere borrar el dañino sambenito de «la derechita cobarde» que Vox le ha colgado al PP. ¿Cuál será la pócima que active a los indecisos? Trofeo de caza mayor para grandes estrategas.