Coronavirus
“Otro caos, la cifra real"
Hace días que quería dejar constancia de mi modesta admiración por una sociedad que en su conjunto está la altura de las circunstancias que nos toca vivir
Es muy triste, dentro de que lo es casi todo lo que se refiere a la crisis del coronavirus, comprobar que no se tiene el dato real de fallecidos.
Lo muy positivo, la otra cara de la moneda, es el trabajo ejemplar del personal sanitario, las fuerzas de seguridad del Estado y policías municipales, los cuerpos militares, los farmacéuticos, los taxistas, los comercios que siguen abiertos y los que trabajan para garantizar el abastecimiento de la población en todos los puntos de la cadena alimentaria, los quiosqueros, los transportistas, los profesores, los medios de comunicación, las entidades bancarias y su personal y una larga lista entre la que se tiene que incluir la reacción de la inmensa mayoría de la población que asume con sentido común y estoicismo un duro y largo confinamiento.
Hace días que quería dejar constancia de mi modesta admiración por una sociedad que en su conjunto, insisto, está la altura de las circunstancias que nos toca vivir. Los aspectos tristes son muchos y como es lógico están las víctimas que se están produciendo como consecuencia de una pandemia que ha roto nuestra frágil seguridad y confort.
Por ello, cabría esperar que en uno de los países más desarrollados del mundo no se produjera esta situación increíble de no disponer de unas cifras veraces. No hace demasiado se criticaba a China y su opacidad. Lo que se vivía allí se contemplaba con una cierta e irresponsable displicencia, porque quedaba muy lejos y en alguna ocasión ya me he referido a la soberbia europea que tanto daño nos ha hecho y nos sigue haciendo.
Era habitual escuchar el comentario de que seguro que eran más muertos de los que reconocía la dictadura comunista. No voy a entrar en las fake news de entonces, que incluso a algunos les provocaba una cierta hilaridad, o las burlas sobre el macro hospital que se construyó para hacer frente a la pandemia.
Lo mismo sucedía con las opiniones sobre el origen del coronavirus y los mercados chinos. Hay gente que se había convertido en expertos sin haber estado nunca en China. Es la expresión de la superficialidad de nuestra sociedad. Ahora cabe exigir que nos digan cuál es la cifra real, porque es imposible que no tengan este dato. No quiero imaginar lo que dirían los listos nacionales si gobernara el centro derecha y las dimisiones que exigirían.
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