Opinión

“El juicio a los tibios”

Sánchez se siente cómodo en un estado de alarma permanente y pretende forzar un mes de prórroga con el apoyo del PNV y la entrega de Ciudadanos.

No existe a estas alturas una explicación lógica que justifique la obsesión del gobierno social-comunista de mantener el estado de alarma. Nadie hubiera imaginado que se utilizara esta figura constitucional durante tanto tiempo y que sirviera, además, para vulnerar nuestros derechos constitucionales. He de reconocer que no espero nada de la Fiscalía General del Estado desde que se rompió la apariencia de imparcialidad e independencia colocando al frente a la diputada socialista Dolores Delgado, que acababa de dejar el Ministerio de Justicia. Con una cierta ingenuidad, los constituyentes establecieron en el artículo 124 de la Constitución que el ministerio Fiscal tiene como misión «promover la acción de la justicia en defensa de la legalidad, de los derechos de los ciudadanos y del interés público tutelado por la ley», y que es lo que sucede en Gran Bretaña, Francia o Alemania. En cambio, el Gobierno considera que es un instrumento al servicio de sus planteamientos partidistas y por ello colocó a una diputada del PSOE. Ni más ni menos. Lo que en otros países sería un escándalo enorme, aquí sólo provocó críticas que fueron inmediatamente tapadas con nuevas noticias.

Es evidente que la izquierda hubiera organizado una campaña interminable si el centro derecha hubiera realizado un nombramiento similar. Zapatero fue ejemplar en este terreno, porque se lo creía, y dotó de mayor autonomía a la Fiscalía, aunque visto lo que ha hecho Sánchez se quedó corto. Por ello, Delgado servirá a quien le nombró, lo cual entiendo, aunque no comparto, y se dedicará a favorecer al Gobierno en todas las instancias judiciales. ¡Viva la independencia de la Fiscalía! Sánchez se siente cómodo en un estado de alarma permanente y pretende forzar un mes de prórroga con el apoyo del PNV y la entrega de Ciudadanos, que no le hace ascos a ayudar a un Gobierno que rechazan sus votantes. A este paso será un milagro que consiga mantener algún diputado en las próximas elecciones. El empecinamiento en el estado de alarma produce una polarización, algo que maneja muy bien el presidente, que en el terreno de la lucha política es muy listo y resistente. Ciudadanos debería recordar la cita sobre el juicio severísimo de Cristo: «Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca» (Apocalipsis 3:15-16).