Opinión

Cuatro años, imaginemos

La destacada dirigente del PSOE, Adriana Lastra, proclamó hace unos meses: «El gran reto de la legislatura es la justicia social». Igual usted, señora, se pregunta qué significa ser socialmente justo. No se preocupe, porque doña Adriana lo explicó a continuación: aseguró que se trata de defender la igualdad y la libertad. Por eso el Gobierno progresista ha procedido a subir el salario mínimo, el sueldo de los funcionarios y las pensiones; derogará la reforma laboral y pondrá en marcha una renta mínima, y habrá «más recursos» para las mujeres, para la salud bucodental y los «nuevos derechos de ciudadanía», como la eutanasia; son los primeros pasos de un Gobierno que lleva poco tiempo, aseguró la lideresa progresista, y añadió: «Imaginaos lo que podremos hacer en cuatro años». Pues bien, imaginemos.
La subida del salario mínimo interprofesional pone en riesgo el empleo legal de mujeres en el campo, el servicio doméstico y otras actividades; todas las subidas del gasto público equivaldrán a mayores impuestos que el Gobierno forzará a las trabajadoras a pagar; los nuevos derechos significarán nuevas obligaciones para las mujeres; la derogación de la reforma laboral, junto con los mayores impuestos sobre las empresas, castigarán a las mujeres con más paro.
En suma, viendo lo que la izquierda ha hecho, e imaginando lo que puede hacer en cuatro años, es razonable conjeturar que se apresta a perpetrarle numerosos daños a usted, señora, con el magro consuelo de que los progresistas le facilitarán una «buena muerte».
Pero Adriana Lastra está orgullosa de ello, e invitó a los suyos a «salir y contar lo que estamos haciendo», porque frente a «los conejos de la chistera de la derecha tenemos que responderles con todo esto y con feminismo, igualdad, ecología, en definitiva, la agenda progresista que necesita este país». Tendrán mucho cuidado de no contar lo malo que hacen y harán en contra de los derechos y libertades de las mujeres, disfrazando así la reacción de progreso.
Terminó doña Adriana afirmando: «Cuando una persona ve una injusticia y se le remueve algo por dentro, esa persona es socialista». Desde luego, ante tamaños ataques de la izquierda a la libertad, la igualdad y la justicia, podríamos protestar todos. Y todas.