Opinión

La «Superliga»

«A priori parece una iniciativa interesante, en un fútbol profesionalizado al límite»

Aún no tengo una opinión clara sobre la iniciativa de la «Superliga», que supone un terremoto en el fútbol europeo: la voluntad declarada de los presidentes de doce de los clubes de fútbol más importantes de Europa y, por tanto, del mundo –entre ellos, como no podía ser menos, el Real Madrid, el Barça y el Atlético– de unirse para organizar una liga paralela a las nacionales hasta ahora conocidas y organizadas por las respectivas federaciones.

El proyecto pretende comenzar el próximo agosto con 20 equipos, los 15 fundadores, a la espera de 3 clubes y 5 más rotatorios según los resultados, jugándose los partidos entre semana para no entorpecer las actuales competiciones. Sin duda, una consecuencia más de la pandemia, con los estadios sin público y la necesidad de buscar ingresos adicionales para financiar las nóminas siderales de los astros del deporte rey. Con los derechos televisivos de fondo y una afición ávida de fútbol, a priori parece una iniciativa interesante, en un fútbol profesionalizado al límite y con un «amor por los colores» que ya no es el de las camisetas. Aunque, como era también esperable, la guerra está servida con la UEFA, la FIFA y las federaciones respectivas, siendo aún pronto para ver su desenlace.

La «Superliga»: puede ser una UE futbolística que fortalezca el proyecto europeo y debilite los Estados-Nación. De momento, Boris Johnson y Macron ya se oponen. También puede provocar saturación de la afición, y perder todos. El fútbol no es solo un negocio.