Opinión

El caso Sarah Halimi

«La dictadura de la corrección política ha ocultado este caso»

Esta denominación trae causa de otro célebre, el caso Dreyfuss, muy distinto del actual, aunque con el común denominador del antisemitismo y sucedido también en Francia. Sarah Halimi era una mujer judía de 64 años directora de una guardería, que en abril de 2017 fue brutalmente asesinada a cuchilladas y lanzada a la calle por una ventana de su apartamento en París.

El asesino resultó ser un vecino suyo, islamista radicalizado, que en el proceso reconoció haberse sentido impulsado «a hacerlo por Allah». Hace unos días la Corte de Casación, equivalente a nuestro Tribunal Supremo, le absolvió al considerar que su voluntad no era libre al actuar bajo los influjos de una fuerte ingesta de drogas. Es muy llamativo que esta circunstancia se convierta en una eximente, y abre un debate jurídico colateral profundo.

¿Va a pasar el consumo de drogas, de ser prohibido, a ser estimulado para poder delinquir impunemente? Pero si este asesinato ha movilizado a la sociedad, especialmente a la comunidad judía en Francia e Israel, es por considerarse como un claro supuesto de antisemitismo. Ha comenzado a crear un estado de opinión favorable a un movimiento similar al BLM, el Jewish Lives Matter: «Vidas judías importan».

La dictadura de la corrección política ha sustraído la atención informativa sobre un caso que incide en la «islamización de Francia», en opinión de sectores crecientes de la sociedad francesa. Su especial sensibilidad ha producido incluso un conflicto al respecto entre el poder ejecutivo y el poder judicial.