PSOE

Cambiar políticas o cambiar ciclo

Las encuestas comienzan a marcar una notable tendencia, entre otras cosas porque, ya no es quimérica una futura suma de las derechas.

Solía apuntar con no poca sorna el ya fallecido número tres del PSOE, Txiqui Benegas, que un buen socialista nunca retrocede, solo da media vuelta y avanza, en referencia al que debiera ser levantamiento de la moral entre militantes y dirigentes en tiempos de crisis interna derivada de algún mal resultado electoral. Esa «media vuelta» que Benegas venía a sugerir como un necesario giro de timón para evitar males mayores parece estar siendo interpretada –a tenor de los hechos– de una forma especialmente «sui generis» por la actual dirección del PSOE, a poco que nos detengamos en los movimientos llevados a cabo desde el vértice orgánico de la pirámide durante los escasos nueve días transcurridos a partir de la debacle del «4-M». Tal vez ignorando que aún se está a tiempo –porque queda no poca legislatura en el horizonte– de enderezar el rumbo con un serio propósito de enmienda, la estrategia de Moncloa –y por ende de Ferraz– parece limitarse, ante lo que la lontananza comienza a atisbar como un posible –y de momento solo poco probable– cambio de ciclo político, a una frenética movilización de efectivos para que las réplicas del terremoto propiciado por el «ayusazo» no alcancen ni a Pedro Sánchez ni a su entorno más cercano limitando el grueso de las responsabilidades a nombres muy concretos del partido en Madrid a pesar de que no fue éste precisamente quien pilotó una campaña con parada final en la condición de tercera fuerza política y segunda de la izquierda.

A la frustración por haber dado la razón a las encuestas privadas –las del CIS ya se daban por amortizadas– junto a lo anteriormente apuntado, se ha sumado una inquietante inclinación por evitar a los medios de comunicación, traducida –para mayor desesperación de los periodistas enviados especiales– en la ausencia de ruedas de prensa del presidente con una mínima barra libre de preguntas en los recientes viajes oficiales a Portugal –cumbre de Oporto donde solo habló de vacunas– y a Grecia, ambos post «4-M» y en pleno efecto del decaimiento del estado de alarma.

De momento tal vez sea prematuro hablar de cambio de ciclo, pero encuestas como la publicada el lunes por este periódico comienzan a marcar una notable tendencia, entre otras cosas porque, ya no es quimérica una futura suma de las derechas. Ergo, puede que fiarlo todo solo a la vacunación en estas semanas, no sea la mejor idea.