Toni Bolaño

Imitadores de Suárez y Tarradellas

Hoy es el día en el que Pedro Sánchez y Pere Aragonés se han citado en el Palacio de La Moncloa. Lo hacen el día de su onomástica, aunque no hay noticias de que tengan intención de descorchar una botella de cava catalán para celebrarlo. En estos últimos días, Aragonés ha estado centrado en ir virando poco a poco el transatlántico independentista. Se ha encontrado con Pedro Sánchez en Barcelona, quien ha acentuado su presencia en la capital catalana, y con el Rey en dos ocasiones. La última, ayer mismo, en la inauguración del Mobile con la presencia de la alcaldesa, Ada Colau, otrora bestia negra del congreso tecnológico.

Aragonés no estuvo exultante con el Monarca, pero su discurso distó mucho de la propaganda y se centró en la economía.

En paralelo, el presidente catalán dio cobertura al otro flanco que le preocupa: la presión de Junts per Catalunya, recibiendo en el Palau de la Generalitat a los presos indultados. Aquí sí tocó marcar reivindicación. Sánchez y Aragonés han hablado mucho en estos días.

No solo en los encuentros y no solo en una llamada telefónica que se comunicó a los medios. Han hablado mucho y sus equipos se han aprestado a preparar la reunión de hoy. Ambos mantienen sus diferencias, con posturas antagónicas, pero ambos están dispuestos a hacer realidad eso que se ha llamado el reencuentro y que ha tenido diversas fotos para la posteridad desde el 7 de junio, apenas diez días después de su toma de posesión, en un acto en Foment del Treball.

En la reunión de hoy seguramente ambos presidentes emularán la reunión de Josep Tarradellas y Adolfo Suárez. Acercamientos, ninguno, porque la negociación no ha empezado, pero buenas palabras para consolidar la imagen de acercamiento porque además del nudo gordiano de la situación política catalana, los dos se juegan la estabilidad de sus gobiernos. Sánchez, porque necesita el concurso de ERC y porque Aragonés necesita que el PSC no se vaya por los cerros de Úbeda en el Parlament porque confianza en su socio de Gobierno, la justa.

En este escenario, la constitución de la Mesa de Diálogo. Todo apunta que no se constituirá hasta septiembre porque Sánchez y Aragonés, Aragonés y Sánchez, necesitan tiempo para explicitar la pedagogía de los indultos. El PSOE tiene un problema en las encuestas, pero tiene en su mano revertir la situación porque las elecciones no se vislumbran hasta dentro de dos años, y el PP tiene un problema por la presión de Vox y Ciudadanos para que presente una moción de censura, sin olvidar la crisis de Gobierno pendiente que se niega en público pero que es una evidencia que avanza en privado. No se sabe la fecha, pero Sánchez remodelará el Ejecutivo porque necesita recuperar la iniciativa y el impulso político tras los indultos.

ERC también necesita tiempo, sobre todo, Aragonés que quiere formalizar la delegación catalana en la Mesa de Diálogo a su imagen y semejanza porque en el independentismo, además del liderazgo entre republicanos y junteros, se juegan dos partidas internas. La liberación de los presos ha impuesto bicefalias en los partidos independentistas. Junqueras es el presidente de ERC, tiene el poder político, y Aragonés es el presidente de la Generalitat, tiene el poder institucional. Hasta ahora la bicefalia existía y ahora se consolida.

En Junts, el panorama es más incierto. Sánchez fuera de la cárcel intentará controlar a su partido bajo la atenta mirada de Laura Borrás y de Carles Puigdemont. Todos presionarán para controlar la Mesa, por eso Aragonés necesita tiempo para imponer su criterio. Cuando sepamos la delegación catalana sabremos quién es el que impone la hoja de ruta.

En la reunión de hoy los temas económicos también estarán sobre la mesa. Aragonés quiere aprovechar los fondos europeos para recuperar la economía, catalana muy deteriorada por el procés, pero también por la pandemia. Quiere aprovechar la oportunidad, al igual que Sánchez, para que Cataluña recupere un tren que perdió desde que se inició la aventura del procés allá por 2012. Sin duda, Aragonés planteará sus posiciones ya conocidas y añadirá leña al fuego con la actuación del Tribunal de Cuentas. Hoy. el tribunal comunicará su resolución, que no tiene unanimidad interna, y abre el periodo de alegaciones. De momento, 5,4 millones se reclaman a más de 40 personas con embargo de cuentas y bienes a título de prevención.