El Gobierno de Pedro Sánchez
Un Gobierno yuxtapuesto
De aquel Gobierno «bonito» nacido hace tres años tras la moción de censura, filtrado en cuentagotas como el actual, y del que el ministro astronauta era todo un símbolo, ya no queda más recuerdo que el del propio Sánchez. Le sucedió veinte meses después el Gobierno «del abrazo», con Pedro y Pablo cual columnas del mismo y ahora, tras año y medio y desestabilizado sin Iglesias, le sucede otro «joven y feminista» que, en realidad, son «dos en uno», como las ofertas de los supermercados.
No es razonable pensar que la principal motivación de Sánchez para la demolición efectuada, fuera despistar a propios y ajenos –aunque sin duda lo ha conseguido– abriendo un debate que promete acerca de las verdaderas causas para prescindir de Redondo (Iván), al que ni siquiera le ha dado la oportunidad de demostrar que se inmolaría por él tirándose por un barranco. El cese de Ábalos tampoco es una cuestión menor, siendo considerado su mano izquierda en el Gobierno y en el partido, lo que abre importantes interrogantes de futuro para el próximo congreso socialista.
Pero si algo ha dejado demasiado patente esta crisis, es que no hay un Gobierno de coalición sino uno yuxtapuesto, que no es lo mismo. La cuota no responde ante el presidente, sino ante sus dirigentes políticos, lo que es una originalidad perniciosa. Esperemos que el ala socialista del Gobierno condene con firmeza lo que sucede en Cuba, y que la morada no se manifieste a favor de sus admirados revolucionarios castristas.
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