Pandemia
Mientras pasa
Mientras este país era un frenopático, ella era una taza de tila caliente, un café con leche y una magdalena.
Hace bien poquito, la prestigiosa editorial Círculo Rojo, ha entregado sus premios anuales. Entre ellos, el galardón al mejor libro de crecimiento personal, que ha recaído en Esther Ruiz Moya, autora de “Cuando esto pase..”. Quiero empezar diciendo que el libro lo ha escrito ella. Ella solita, sin negro. Esther Moya existe, ojo, y cotiza, no vayan a pensar que detrás de este nombre se esconden tres tíos. Lo ha escrito ella sola con sus manitas durante un tiempo más amargo que una lija del catorce y ha conseguido, como les decía, el prestigioso premio Círculo Rojo en la Categoría Crecimiento Personal. Mientras ella escribía divinamente yo también crecía personalmente. Concretamente, seis kilos. Esther Ruiz ha podido escribir este libro porque es una buena persona. Esther no es súper positiva, ni optimista, porque ser súper positiva es estar a un paso de ser gilipollas. Esther es, sobre todo, buena persona. Mientras mi vecina del bloque de enfrente, megáfono en mano, nos mandaba a casa a voces a los que sacábamos a nuestro perro a hacer sus cosas, Esther buscaba argumentos para darnos ánimo. Mientras la gente medía el espacio que le separaba del otro en los estantes de la fruta con mala cara, Esther buscaba cercanía, calor, calidez. Mientras en España la gente se huía, Esther salía a nuestro encuentro y nos buscaba. Mientras este país era un frenopático, ella era una taza de tila caliente, un café con leche y una magdalena. Mientras se nos agriaba el carácter, Esther era una abeja hacendosa en el panal.
Durante ochenta y siete días de aquellos noventa y nueve en los que vivimos en estado de alarma, Esther escribía. Escribía sin desfallecer buscando hallar cada día un motivo para levantarnos y le daba la vuelta a la vida como cuando le pegamos dos meneos a la almohada para que parezca que están recién puestas las sábanas.
Esther ha hecho una cosa muy difícil: Ya que de la pandemia no vamos a salir mejores, al menos saquemos algunas conclusiones, con sus sombras y sus luces, pero que sean accesibles y útiles, una especie de tutorial básico para no repetir estupideces. No hay mucha gente dispuesta a gastar su tiempo en mejorar a los demás. Aprovechen y lean ese ejercicio de generosidad.
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