Igualdad de género

La dueña del feminismo

Habría que explicarle a la ministra que el feminismo no es un movimiento político sino uno social

Irene Montero, ministra de Igualdad por la gracia de Pablo Iglesias y Pedro Sánchez (no me digan que por el respaldo popular, que nosotros votamos listas cerradas y ellos deciden lo que les apetece), no ha inventado el feminismo. Tampoco es su dueña, aunque se quiera apropiar de él y lo que esté consiguiendo sea dividirlo, trivializarlo y provocar su rechazo.

Habría que explicarle a la ministra que el feminismo no es un movimiento político sino uno social y que su voluntad e intención es que pueda aglutinar bajo su paraguas a toda suerte de mujeres diferentes, independientemente de sus ideologías, estratos sociales o condiciones. Además, cualquier persona no extremista e inteligente sabe que el avance del feminismo debe ser inclusivo y ofrecer la posibilidad también a los hombres de apoyarlo. Si no se hace de este modo, se le pone veto a la concienciación y al compromiso masculinos, fundamentales para dar pasos adelante en muchos campos.

Por ejemplo, en el tan penoso de la prostitución y la trata de mujeres. Un asunto sobre el que nosotras podemos hablar y hasta desgañitarnos, pero para el que, si no conseguimos la involucración de los hombres, no existirá posibilidad de afrontarlo de verdad, porque ellos, en este caso, no son parte del problema, sino el propio problema: la demanda. Por eso es indispensable que asuman su responsabilidad; no vale solo con que lo hagamos nosotras. En estos días previos al 8M, me entristece pensar que habrá dos manifestaciones y un feminismo dividido y enfrentado; pero además me enerva que se siga utilizando políticamente. Somos tantas las mujeres completamente distintas que llevamos luchando por él desde hace tanto, que verlo partido a la mitad por esos intereses políticos, me duele y me indigna.