Política

Siete «miuras» para Feijóo

Al maestro gallego le aguardan en el coso de la corte, al menos siete miuras por torear, todos ellos sin refugiarse en tablas y con pitones nada afeitados

Ayer mismo formalizaba su candidatura previa presentación de avales. Alberto Núñez Feijóo ha pasado de ser el rey de las mayorías absolutas en un relevante «córner» del territorio nacional, –admirado y respetado hasta por sus adversarios políticos– a nuevo caballo blanco de la derecha, llegado al coso central de la política nacional para optar a la condición de inquilino de la Moncloa. Lo hace como próximo presidente de un partido que tan solo hace ocho meses lideraba claramente los sondeos tras el aldabonazo del «4-M» –su ventaja parecía ya estructural– pero que ha ido ahogándose en su propio vómito dentro de una guerra fratricida sin prisioneros y con mucha arma química. Al maestro gallego le aguardan en el coso de la corte, al menos siete miuras por torear, todos ellos sin refugiarse en tablas y con pitones nada afeitados.

El primero le mostrará que, para el argumentario de la izquierda nacional, cualquier líder del PP –ya sea Olof Palme o Mahatma Gandhi– tiene bajo sospecha el pedigrí democrático personal y por ende el de su partido siempre acusado de corrupción por poco ecuánimes varas de medir y eternamente pendiente de «homologarse» con las «civilizadas» derechas europeas. Da igual que esta formación haya sido pionera en situar a mujeres en cargos relevantes, o por ejemplo inventase la famosa «hucha de las pensiones», la estrategia siempre es señalar a una derecha democrática pero acomplejada, como cavernícola. El segundo Miura llegará buscando las contradicciones entre quien se presenta como moderado y dialogante, pero bajo la sospecha de pactar con la «ultraderecha» y aquí se le espera con lo que acabe acordándose en Castilla y León para garantizar la gobernabilidad. El tercero aguarda cuando se compruebe que no es lo mismo entenderse con Sánchez desde el palacio de Raxoi que desde Génova-13, sencillamente porque el presidente, vaso y bolita en mano se debe a «sus» socios, como bien saben Arrimadas y Casado. El cuarto miura es el vecino contiguo de Vox, decidido a consolidar su posición de cara a un eventual «sorpasso» a cuenta de ahondar en posibles contradicciones del PP respecto al tradicional «ADN» de la derecha. El quinto es la brigada mediática, antes tan condescendiente como muy pronto inmisericorde ante quien ya está en el centro de los focos. El sexto será la nada fácil tarea de coser las costuras estalladas tras el congreso de 2018 y el séptimo es problema, –no tiene la condición de diputado– pero también solución porque permanecerá a resguardo del circo de crispación en las mañanas de miércoles parlamentarios. Maestro Feijóo, a torear.