Guerra en Ucrania

«Abiectus»

Aunque Putin ganara esta infame guerra, ya ha perdido el juicio de la historia

La gran hambruna que mató a cuatro millones de ucranianos, el Holodomor, y los obligó a traspasar socialmente los límites de la cordura, tardará mil años en borrarse de la memoria histórica ucraniana. Chernóbil dejó un recuerdo de dolor radiactivo para catorce mil años. Putin llevó guerra… Esas son «solo» algunas agresiones que llegaron desde Rusia hasta Ucrania. ¿Todavía hay quien no comprende el deseo del pueblo ucraniano de alejarse de Rusia? La mente de Putin se desliza por los barrancos de la locura (no es «estrategia», sino avariciosa sinrazón). Su familia y vinculada camarilla oligarca continúan practicando el peculado como si fuese un deporte olímpico. Mientras, el resto del mundo sufre su demencia bélica. Aunque Putin ganara esta infame guerra, ya ha perdido el juicio de la historia: acabará retratado como el «abiectus» que ha traído desolación y sufrimiento a un mundo previamente azotado por la pandemia, convaleciente. Primero pandemia, luego guerra, ruina. Parece una terrible «conspiración». Atacar al débil no semeja la estrategia «savvy» –inteligente–, que dice Trump, sino algo despiadado y artero. Aún así, se propagan desinformaciones tendenciosas justificando las aparentes «motivaciones» del ofendidito déspota ruso, o intoxicaciones de interesados aplaudidores de conflictos, desestabilizadores y afectos ideológicos, que sostienen que el delirio putinesco se arreglaría haciendo un curso de jardinería, como si ese hormonado señor fuese un etarra esperando el tercer grado… Pero no. En la guerra de Putin, Eurovisión ha demostrado más dignidad que muchos que nos azotan con mensajes falaces Ad maiorem gloria putinísima. El pueblo ruso debería saber que, mientras sus hijos adolescentes «mueren» como soldaditos aturdidos en el frente producto del delirio personal de Vladimiro, los hijos de Putin (con perdón) «viven» con cargo al erario público ruso, como multimillonarios en Suiza, rodeados de guardaespaldas, lujo y sirvientes…, y debería sospechar al menos que Putin envenena y arrasa, no por el bienestar del pueblo ruso, sojuzgado y empobrecido como es notorio, sino quizás para engordar la putina faltriquera y el poder de unos caciques que piensan que «yate» es un animal de compañía.