Política

Píntate el toto

He solicitado inscribirme en el curso pero deniegan la participación de varones, que si estamos hablando de igualdad, mal empezamos

He aquí la solución a la España vaciada, a todo lo que pregonan los nuevos partidos que quieren hacer de España, no una nación de naciones, sino de cantones. Nos acercamos a fechas de recogimiento, trataré de explicarlo al estilo de la Semana Santa castellana, por lo que tiene de sobria, que en mi tierra somos más de puñales como relámpagos mientras suena la marcha por la mañana, de vuelta del «after hours». El ayuntamiento socialista de Soria anuncia un taller titulado «Píntate el toto» (sí, así se llama, la vida es así, no la he inventado yo) que se celebrará el próximo Sábado Santo, en vísperas de que estemos celebrando la Resurrección. Al cierre de estas líneas el ayuntamiento de la ciudad no ha contestado cuánto les cuesta este curso que imparte una tal Laura Marín, de «Olé tu Toto», que, además de ser ciertamente borde al contestar al teléfono, cree firmemente en su proyecto ecofeminista (pintar unos bolsos llamados «Toto Bags»), que es en lo que andarán los que hagan el nuevo bachillerato, perspectiva de género, mucha perspectiva, que hay muchas maneras de mirar un toto, desde el púdico pubis de Boticelli al descarado y provocador de Courbet y «El origen del mundo», y de mirar también la cola del paro. Esa perspectiva sí que es de premio.

Los veinte mil millones que salen del presupuesto del ministerio de Igualdad no irán íntegros a chaladuras de este tipo, esperamos los inocentes, que también se elaborarán, digo, partidas para proyectos de más envergadura, Pero el caso es que la Soria vaciada ha logrado ponerse en el mapa después de que dejara de oírse la canción de Gabinete Caligari.

He solicitado inscribirme en el curso pero deniegan la participación de varones, que si estamos hablando de igualdad, mal empezamos. O sea, siguiendo las directrices de la «ley trans», decidí, dado el interés humano que despierta, que el sábado 16 voy a tener un toto, que tampoco será tan difícil, ya lo hacía Bibi Andersen antes de la cirugía con un poco de cinta aislante, pero nada.