Opinión

La politización de la Justicia

Toda Europa ha visto las entretelas de nuestro sistema judicial. Magistrados conservadores frente a progresistas, con movimientos parecidos a los que se producen en el seno de los partidos políticos. La consecuencia es que la idea que se ha fijado la sociedad española es de un sistema judicial excesivamente político.

El debate que se abre es cómo deben elegirse los órganos de gobierno de los jueces. En este caso, no es tan importante el método como el fondo. Se acusa al PSOE y PP de politizar la judicatura y se asegura que sería mucho mejor si los jueces deciden su propio gobierno.

Pero no es tan evidente que eso fuese a mejorar las cosas. Un buen ejemplo son las universidades públicas, denostadas en los últimos tiempos por considerarse endogámicas e intocables desde fuera de sus paredes.

En ellas, los rectores son elegidos por la propia comunidad educativa, por tanto, necesitan el voto de profesores, personal no docente y alumnos. Como en cualquier campaña electoral, los apoyos no suelen ser gratis y todo el que es imprescindible para algo se suele poner en valor aunque el poder a repartir sea pequeño.

Si algo ha quedado claro en la crisis del CGPJ es que los magistrados hacen política de acuerdo a sus ideas personales y a sus intereses. Por tanto, asegurar que la política contamina las instancias judiciales politizándolas es mucho decir, porque tiene todo el aspecto de que muchos protagonistas del ámbito judicial venían contaminados desde antes de ser juristas.

El resultado es negativo para la credibilidad institucional. A la vista de los hechos, pensar en la condena que ha recibido Griñan, que le impone varios años de cárcel, aderezada con la discrepancia radical de opiniones entre los miembros del tribunal en el que dos magistrados emitieron su voto particular eximiéndole de prisión, induce a mirar razones de calado político.

PP y PSOE no llegan a un acuerdo acerca de la renovación del gobierno de los jueces tratando de imponer uno y otro el nombre de juristas conservadores o progresistas para que el sistema judicial sea más próximo.

Los movimientos de algunos miembros del CGPJ en los últimos días y la propia dimisión de Lesmes han obligado a una reunión de urgencia entre Sánchez y Feijóo. El problema quizá no sea solo el intento de influir en el sistema que, por supuesto es criticable, sino la militancia activa de algunos de sus miembros.