Política
Radiografía del puente
España hace números para llegar a fin de mes, cambia de compañía eléctrica, a duras penas paga la hipoteca o el alquiler, y muy poquitos se plantean ya cambiar de coche
Recordaremos esta semana de puente por el drama terrible de una niña de seis años asesinada por su madre a base de pastillas, con tal de que su padre no disfrutara de su custodia. Por el silencio de la inmensa mayoría de los políticos al respecto, no sea que una frase de condena les tilde de fachas.
Nuestros principales partidos siguen enrocados en el conflicto del Poder Judicial, ése del que supuestamente hablan sin parar los españoles –según la ministra Llop– en el metro y en el bus cada día. Ya te digo yo que no, que tiene mucho más gancho el culebrón vengativo de Corinna Larsen e incluso, si me apuras, el asunto de las últimas exhumaciones en La Macarena, con nocturnidad y discreción. En el momento en el que te escribo, gana por goleada en las redes sociales el adiós de Gerard Piqué, protagonista indiscutible de este 2022 que se nos escurre entre los dedos, mientras nos informan de la bajada histórica del paro en octubre, en buena medida por el llamativo aumento de los contratos de fijos discontinuos, que ocultan cerca de 100.000 parados más. La realidad de este país, según Europa, es que lideramos la lista de los desempleados de la Unión, en todas sus franjas de edad.
Y la realidad que nos dibuja Cáritas da miedo: Seis millones de familias no cuentan con ingresos suficientes para tener unas condiciones de vida dignas y, por culpa de la inflación, han tenido que reducir el consumo de alimentos y electricidad, aceptar trabajos sin contrato o abandonar tratamientos médicos. A día de hoy, medio millón de hogares con niños han dejado de usar el comedor escolar, porque no pueden costearlo.
No, no se trata de ser agoreros, señoras ministras, se trata de ser honestos con la radiografía de un país en estado de precampaña electoral en el que, cualquier acción política a cualquier nivel –local, regional, nacional– parece estar enfocada hacia lo propagandístico. He ahí el ayuntamiento que regala bonos de 500 euros a quienes cumplan la mayoría de edad este año, o el alcalde que se autoinvita a cenar con sus vecinos electores (él pone el postre y el argumentario).
España duerme mal, se atiborra de somníferos para afrontar su día a día. España mira de lejos la guerra crónica en Ucrania y espera que acabe cuanto antes, por el bien de todos. España hace números para llegar a fin de mes, cambia de compañía eléctrica, a duras penas paga la hipoteca o el alquiler, y muy poquitos se plantean ya cambiar de coche. Octubre acabó seco en sus pantanos tras un verano de 38 grados en Siberia, lo nunca visto. Ojalá en noviembre llueva a gusto de todos.
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