Opinión

Discurso claro y necesario

Un particular y justificado interés existía este año por el tradicional discurso por Navidad de SM el Rey, ante la conflictiva situación que atravesamos en España, que ha sido calificada –y con razón– como la mayor crisis institucional vivida en los 44 años de vigencia del actual régimen constitucional. Es un régimen de Monarquía parlamentaria donde como es sabido «el rey reina, pero no gobierna», pero que tiene más funciones que las de un mero papel representativo y protocolario, ya que encarna la Jefatura del Estado, y es «símbolo de su unidad y permanencia», y «arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones» … entre otras. Eso además de ejercer la Jefatura de las Fuerzas Armadas, lo que es una función muy importante en una institución como la militar, donde los valores de la disciplina, el patriotismo y el honor ocupan un lugar prioritario y preferente, en especial puestos en relación con el artículo 8 de la Constitución. Su padre, SM el Rey emérito don Juan Carlos, tuvo el 23F un momento que acreditó la auctoritas y la potestas de la que está investida la Corona para afrontar situaciones nacionales críticas y extraordinarias. Felipe VI tuvo ese «momentum» el 3 de octubre de 2017 cuando el Estado de derecho estaba sometido a un auténtico golpe contra él, estando la población sumida en una profunda preocupación y desconcierto. Ahora, en su intervención de Nochebuena el Rey no se salió de su papel constitucional, pero no se limitó a sobrevolar los problemas que nos aquejan sino que se le entendió perfectamente con lo que dijo y cómo lo dijo. No citó ni al Tribunal Constitucional, ni al Poder Judicial, ni a los separatismos pero habló de los principales problemas que padecemos. Así aludió a Ucrania destacando la necesidad de ayudarla, por ser irrenunciable la defensa de los principios de «soberanía, integridad territorial e independencia de los Estados» y que son atacados por Rusia, Habló también de «la división, la confrontación y la erosión de las instituciones» como problemas que nos aquejan y para los que la lealtad a la Constitución es la mejor respuesta. Se puede decir más alto pero no es necesaria más claridad para entenderlo. Las reacciones de los partidos constitucionalistas –PSOE, PP, Vox y Cs– han sido de total conformidad con el mensaje, dando la nota contraria como era de prever, los socios y aliados del gobierno –Podemos, ERC, Bildu, PNV…– y este es el problema de España. Tener un gobierno que es un puzle de antisistemas, separatistas, y populistas comunistas. Para mayor gloria sanchista.