Big data

El apoyo electoral a los partidos de izquierda es el menor registrado desde los comicios de 2015

La operación Sumar disgrega el voto y pasa factura a todos los grupos de ese flanco ideológico

En las elecciones generales de 2015, debuta por primera vez en este tipo de cita con las urnas la formación de cariz populista Podemos, que recibe el 16,9% del voto y nada menos que 4,2 millones de papeletas. Mientras, compartiendo el espectro político de la extrema izquierda, una Izquierda Unida entonces en crisis solo obtiene el 3,7% del voto y 0,9 millones de votos, o lo que es igual no alcanza ni el millón de sufragios en unos comicios nacionales.

Conjuntamente, la izquierda («estatal» como se autodenominan) que se emplaza ideológica y políticamente a la izquierda del PSOE sumó 5,1 millones de electores y el 20,6% del total del voto de los españoles que acudieron a ejercer su derecho al sufragio.

Al margen de esta izquierda alternativa «estatal» se encontrarían formaciones independentistas como BNG, ERC, EH Bildu y CUP, ya que son de ámbito «nacional» en sus respectivas «naciones», o lo que el resto entendemos por comunidades autónomas.

Nunca antes desde el Frente Popular de 1936 la izquierda a la izquierda del PSOE había recibido tantos votos y los socialistas un porcentaje tan bajo, que rozaba prácticamente el empate: 20,6% de Podemos e IU, frente al 22,0% de los socialistas. El «sorpasso» al PSOE, que tanto ansiaba y presagiaba Pablo Iglesias y la casta del partido de los círculos, quedó a tan solo 1,4 puntos y apenas cuatrocientos mil votos.

Meses después, en 2016, se repiten estas elecciones generales, y prácticamente se consiguen los mismos resultados, pero en esta ocasión, y a diferencia de 2015, Podemos e Izquierda Unida concurren juntos en una misma candidatura. Las listas moradas salvan de la insignificancia electoral a IU, en claro peligro de convertirse en fuerza extraparlamentaria en aquel instante.

En las dos elecciones generales de 2019 se produce un reajuste en el seno de las izquierdas, el PSOE, por primera vez desde 2011, mejora, aunque no alcanza los resultados cosechados en 2011. En los comicios del mes de abril los socialistas reciben el 28,7% y en las de noviembre el 28,3%. Sin embargo, la otra izquierda, la más radical entra en una sonada crisis de adhesión popular: 14,3% en abril y 13,0% en noviembre. Es en este momento en el que UP acepta entrar en el Gobierno, creyendo que este salto cualitativo de gobierno de coalición revitalizaría a la formación Unidas Podemos. Mientras que el PSOE pensaba que con la entrada en el Ejecutivo comenzaría el principio del fin de los morados y el PSOE de Pedro Sánchez comenzaría a remontar y romper el techo del 28,8% que dejó Rubalcaba en las elecciones de 2011 y que el inquilino de La Moncloa no había podido romper en las cuatro generales que siguieron.

En la encuesta de LA RAZÓN del mes de febrero, el PSOE se encontraba en el 24,2% del voto con 5,8 millones de votantes. 4,1 puntos y 1 millón de votantes antes de la entrada de UP en el gobierno, es decir, en comparación con los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2019. Mientras que UP caía al 10% del voto con 2,4 millones de votantes; 3 puntos porcentuales y 0,7 millones de votos antes de que Pablo Iglesias fuese nombrado vicepresidente del Gobierno de Sánchez. Obviamente, tanto el PSOE como UP hicieron mal negocio con el gobierno de cohabitación.

La operación Sumar venía a ser la solución para insuflar aire nuevo a los partidos del gobierno de coalición. Pero los resultados de la encuesta de LA RAZÓN del 10 de abril demostraban que ha sido más bien un disparo en el pie. La fragmentación de la izquierda «alternativa» entre «morados» y «colorados» les limitaba el acceso a escaños, tan solo 33 escaños entre Podemos y Sumar. Mientras que el PSOE pagaba la factura con el trasvase de votantes a la nueva formación de Yolanda Díaz, bajando al 2,.9% del voto y a 90 escaños.

La suma de las tres izquierdas (PSOE, Sumar y Podemos) es ahora la menor desde 2015; tan solo 9,4 millones de votos, el 38,8% del voto y 123 escaños.