El trípode
Atentado frustrado y un 13 de Julio
Se debe poner el acento no sólo en el tirador autor material, sino en «la mano que mece la cuna»
Cuando lean estas líneas amables lectores, ya conoceremos el desenlace de la final jugada anoche en Berlín entre las selecciones nacionales de fútbol de España e Inglaterra. Confiando en la victoria de nuestra selección - «alea jacta est»- aterrizamos en otros escenarios de la actualidad que urgen nuestra atención. En especial en el atentado, afortunadamente frustrado, sufrido por el expresidente estadounidense y virtual candidato republicano Donald Trump. Es obligado un suspiro de alivio y de agradecimiento porque unos simples centímetros de desvío de la trayectoria del proyectil hubiesen podido ocasionar su muerte, y con unas consecuencias inimaginables en estos momentos dada la polarización existente en la sociedad norteamericana y la delicada situación mundial.
Se debe poner el acento no sólo en el tirador autor material, sino en «la mano que mece la cuna» como en los asesinatos de John F. Kennedy en 1963 y en el de su hermano Bobby, todavía no debidamente aclarados, y cuando él era también -como Trump ahora- un claro aspirante a la nominación como candidato a la presidencia en 1968. Es evidente que hay fuerzas poderosas que trabajan en la sombra por la expansión de su ya gran poder en el mundo, y para las que los «estados-nación» con sus fronteras que salvaguardan sus correspondientes tradiciones, culturas y creencias religiosas, resultan ser un obstáculo importante. La guerra es una consecuencia de la batalla por ese nuevo orden global que quieren imponer, y del que Ucrania y Gaza son dos focos locales. La Tercera Guerra Mundial en la actualidad no es frontal (de momento) para evitar la «destrucción mutua asegurada» de los contendientes, pero no se puede descartar incluso por un simple «error humano» como la Historia ha acreditado, por ejemplo, durante la crisis de los misiles de Cuba en octubre de 1962. Donald Trump, pese a su «histrionismo» y otras consideraciones, es también un obstáculo importante para esos ocultos fines, ya que durante su anterior mandato se enfrentó públicamente a ellos, y su política estuvo orientada a cerrar conflictos abiertos y evitar abrir otros. En particular, su eventual elección permitiría acabar sin duda y con rapidez la guerra en Ucrania con Rusia. Significativo que el PM de Hungría (y en funciones de presidente del Consejo de la UE) Viktor Orban le visita tras una Cumbre de la OTAN encabezada por un Biden en unas condiciones descriptibles, los portavoces de las élites globalistas salen a descalificarle por pretender acabar con la guerra.
El atentado por cierto «casualmente» ha coincidido con el 13 de Julio fecha histórica del mensaje de Fátima. Para que quien «quiera ver y entender» pueda hacerlo.
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