A pesar del Gobierno

Bancos y cuentas

La Razón
La RazónLa Razón

Con la misma insistencia con la que Smiley juraba que no había crisis y que teníamos el sistema financiero más sólido del mundo, ahora Barbie jura que no habrá "banco malo". Es posible que diga la verdad, pero la cautela es siempre aconsejable. Después de todo, también prometió que iba a bajar los impuestos.

La propia idea de un banco malo es un recordatorio de que no estamos en una economía liberal, sobre todo en el mundo financiero. Los bancos son empresas, y tienen cuentas como las empresas. Pero nadie concibe la posibilidad de que la empresa Equis diga: "me voy a quitar de encima esta inversión ruinosa que lastra mi balance, la meteré en una empresa mala, y ya mis cuentas tendrán mejor pinta ¿verdad?".

Esa posibilidad no existe o no debería existir, porque la inversión ruinosa de Equis es algo a lo que deben hacer frente los dueños de Equis, en un abanico de alternativas que van desde la disminución de sus beneficios hasta la recapitalización, siempre que no decidan cerrar la empresa.

Pero, si en vez de tratarse de la empresa Equis se trata del Banco Equis, entonces la alternativa del banco malo es contemplada, cuando los activos tóxicos del Banco Equis no pueden ser extraídos de su balance sin que alguien se haga cargo de ellos. Y es de temer que ese alguien sea el contribuyente. Se dirá que hay alternativas. Por ejemplo, la banca puede recibir dinero público, recuperarse gracia a él, y devolverlo, incluso con intereses. Esto ha sucedido y puede volver a suceder, pero no hay que olvidar que el riesgo de que no suceda, porque la economía tarde en recuperarse y los activos devaluados tarden por consiguiente en ser vendidos a un precio que cubra una parte apreciable de su coste original, corre a cargo de los ciudadanos. Ese riesgo, por cierto, no desaparece con normas de capitalización ni mediante fusiones.

Se comprende que el Gobierno evite hablar del banco malo, y recorra otros caminos, como la segregación de los activos en sociedades inmobiliarias o los "vehículos"anunciados esta semana sin demasiadas aclaraciones y ante el silencio del Banco de España. Por ahí va también el cambio en la Ley de Suelo del que informó el viernes "Expansión".

Las cuentas de los bancos, siempre delicadas, no suscitan aún tranquilidad. ¿Y las de los ciudadanos? Preguntado sobre si habrá más dinero público comprometido en rescates y recapitalizaciones, el ministro de Guindos dijo que no. A continuación, añadió: "en principio".