Marcianitis Total
Con la música a otra parte
Sobresaturación del mercado. Cansancio de los jugadores. Una formula agotada. Sea como sea, hace tiempo que se veía venir que la moda de los juegos musicales tenía fecha de caducidad. La culpa de ello, esta vez, no la han tenido los gustos oscilantes de los seguidores del género. Los únicos, o al menos los principales responsables de este descalabro ha sido la propia industria. El ansia de exprimir la gallina de los huevos de oro ha conseguido que el consumidor les diera merecidamente la espalda. Y es que al jugador no se le puede negar que ha tenido paciencia con ellos. No sólo ha comprado la multitud de secuelas y clones que ha surgido como hongos en un gimnasio, sino que también se ha dejado sus ahorros en accesorios injustificadamente caros que en poco tiempo se les ha quedado obsoleto por culpa de las incompatibilidades entre las distintas versiones del juego.
Se suele decir que siempre se van los mejores y en este caso así ha sido. "Guitar Hero"y "DJ Hero"eran dos de los mejores representantes del género musical. El primero se hizo famoso por el uso de una guitarra eléctrica a modo de mando y el segundo por introducir una mesa de mezclas con la que el jugador podía emular a un DJ's y mezclar y crear sus propias versiones de los temas disponibles. Pero en poco tiempo estos juegos, y otros como ellos, se convirtieron en una engrasada máquina de vender 'cacharritos' de plástico y dejando de lado cualquier viso de innovación o cambio sustancial que, aparte de unas canciones más o menos atractivas, atrajera al melómano jugador en gastarse su centenar de euros.
Y ha sido ahora que, después de alcanzar las ventas de este tipo de juegos los 1.700 millones de dólares en el 2008, se tuvieron que contentar con algo menos de 300 el pasado año. Por el contrario, los derechos por contratar los mejores temas musicales o los grupos más candentes no paraban de aumentar, algo que, con la merma de beneficios lo convertía en un negocio totalmente inviable. Una posible solución la ofrecía Nicholas Lovell, analista de la consultora GamesBrief quién en declaraciones a la web MCV sugería que 'El futuro de la serie debería ser su comercialización a través de las descargas digitales, dejando para las tiendas la venta de accesorios", opinión compartida por muchos jugadores que preferían pagar sólo por aquellas canciones que realmente les interesaba y no packs con demasiados temas carentes de interés.
Los otros culpables
Es evidente que la principal causa de este descalabro ha sido el ansía del beneficio inmediato en lugar de enfocarlo hacia la fidelización del consumidor a largo plazo. Pero no menos culpable ha sido la industria musical que ha visto en los videojuegos una manera de recuperar los beneficios perdidos en los últimos años a causa de la piratería. También los cantantes y su entorno han intentado llevarse la tajada más grande posible. Es el caso de la viudísima Courtenay Love que amenazó con demandar a Activision por utilizar la imagen de Kurt Cobain en "Guitar Hero 5"en temas de otros músicos como Bon Jovi y Megadeth. También No Doubt, el grupo de Gwen Stefani, demandó a la compañía por utilizar su imagen en canciones ajenas al grupo en el videojuego "Band Hero". En resumen, es aquello de 'entre todos la mataron y ella sólo se murió
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