Cataluña

1939

Finalizada la Batalla del Ebro, la suerte de Cataluña quedó echada, pues ya dependería del ritmo que Franco impusiera a la invasión del territorio catalán. Invasión que comenzó la misma Nochebuena de 1938 y culminó tal día como hoy de 1939. Barcelona se entregó sin apenas resistencia, ya que el Gobierno y las autoridades militares huyeron ante el avance imparable de las tropas «nacionales». Aquello fue ya un paseo militar, todo lo contrario que había sido Madrid en 1936. Pero lo más curioso de aquella jornada fue el recibimiento apoteósico que la mayor parte del pueblo catalán daba a las tropas franquistas en cuanto aparecían en las ciudades.