Iñaki Zaragüeta
Algo cambia en Cataluña
No trato de menospreciar la capacidad de convocatoria de los partidos separatistas catalanes, pero resulta significativo que la celebración de hoy de la Diada tenga un 24 por ciento menos de inscritos que en 2015. ¿La realidad se está imponiendo? ¿La demostración de la inviabilidad del proyecto está empezando a causar hartazgo, cansancio y decepción en determinados sectores de la sociedad que confiaron en la ya vieja Convergència i Unió?
La respuesta afirmativa parece hoy probable, máxime cuando CiU está superada por los acontecimientos –una aventura a ninguna parte– y por la iniciativa política en favor de Esquerra Republicana, principal protagonista de lo catalán en estos tiempos. Por si faltaba algo, la CUP y Podemos se suman a ERC con el propósito claro de crear el definitivo frente de izquierdas y antisistema que sólo Dios sabe a qué final puede conducir.
El lío está servido. El presidente Puigdemont provoca a Ada Colau a que se pronuncie claramente a favor de la independencia. Ésta, alcaldesa de Barcelona, expresa su inclinación hacia una Cataluña federal, los de Podemos aliándose con los separatistas y la CUP marginando al Partido Democrático de Cataluña de Puigdemont y Mas. Conclusión: confusionismo en el escenario. De ahí la disminución del entusiasmo, por más encubierto que quede por los numerosos participantes en la Diada de hoy.
¿Estarán dándose cuenta ya de que «lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible»? Lo cierto es que, tras unos cuantos años, no se ha producido ningún avance. Cataluña sigue siendo España, rechazo total de la Unión Europea, continuos desplantes internacionales a las autoridades de la Generalitat... El paisaje se enturbia. Así es la vida.
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