César Lumbreras
Amor a los impuestos
Lo más fácil es subir impuestos. Unos, como el Partido Popular, lo hicieron tras haber anunciado en la campaña electoral de 2011 que, si llegaban al poder, los bajarían.
Pero fue entrar en La Moncloa y en los ministerios y, con la excusa de que se habían encontrado con una situación peor de la que esperaban, tiraron de BOE y aplicaron varios impuestazos consecutivos. Eso fue un engaño.
A los que no se podrá acusar de mentir si algún día se apoderan del Ejecutivo, es a los de Ciudadanos, que se han manifestado a favor de subir algunos impuestos. Eso es avisar y también hacer lo más fácil, una vez que se encaraman al poder. ¿Por qué será que todos tiran por el mismo camino, es decir, la subida de impuestos, en cuanto tienen la más mínima posibilidad?
Podían aplicar otro tipo de políticas, como, por ejemplo, el recorte del gasto público. Pero no, van a lo trillado, que es aumentar los ingresos de las arcas públicas vía los impuestazos que hagan falta.
Ciudadanos ya ha enseñado la patita y ha avisado hacia dónde dispararán sus tiros. Se puede decir que no estamos de acuerdo con sus tesis, pero no se les podrá acusar de engañar, salvo que su «impuestazo» termine siendo mucho más duro que el anunciado ahora.
Es el eterno idilio entre políticos e impuestazos en España, que terminamos sufriendo, una vez sí y otra también, los sufridos ciudadanos a la par que contribuyentes.
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