Luis Suárez
Amparo real
Los judíos que salieron de España en 1492 conservaron sin embargo el nombre de sefardíes que en su lengua significa «españoles» y así permanecieron refugiados fundamentalmente en los territorios del imperio turco que les otorgó una documentación llamada «capitulaciones» para que siguiesen practicando su religión. Ya durante la Primera Guerra, en 1917, Alfonso XIII protegió y ayudó a estos judíos para que no les expulsasen de Tierra Santa. Pero en 1926, el régimen de capitulaciones fue suprimido y entonces el Rey, guiado por don Miguel Primo de Rivera, firmó un decreto autorizando a los sefardíes a proveerse de documentación española sin que tuvieran que prestar servicio militar ni pagar impuestos. No se daban cuenta entonces de la importancia que este gesto iba a tener. Durante el Holocausto, se concedió a los judíos documentación española y toda clase de ayuda para que viniesen camino de otros países. Según el Mosad (servicio secreto israelí), fueron más de 46.500 los judíos que salvaron la vida gracias a esta documentación. También todos los de Rumanía permanecieron fuera del Holocausto. Es algo que llena de orgullo a los españoles y que se debe a esa previsión de Alfonso XIII y a la actitud de los que gobernaban entonces. De esta manera se produjo el restablecimiento de una fuerte comunidad sefardí en España. Pero en 1973, los dirigentes de esta comunidad pidieron al Gobierno español que se anulase oficialmente el decreto de 31 de marzo de 1492. El ministro, que era don Antonio Oriol, pensó: no hace falta, ya tienen todos toda la documentación necesaria, pero consultó el tema con historiadores que le dijeron sí hace falta porque en el decreto se definía el judaísmo como «un mal» y es imprescindible invertir los términos, el judaísmo «es un bien». En consecuencia el Gobierno español anuló el decreto y entregó esta anulación a Samuel Toledano, presidente de la Comunidad judía en España. Me acuerdo personalmente de la alegría que Samuel sentía entonces. Se trata de personas a quien yo he estimado profundamente. La rectificación convertía a los judíos antes de que se aprobase la actual Constitución en ciudadanos españoles siempre que lo quisieran. Es la rectificación de un error que a todos debe alegrar. Pero conviene recordar que el acuerdo de ayer tiene un precedente que no debemos olvidar. El sefardismo ha contribuido mucho a la conformación de la cultura española.
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