Iñaki Zaragüeta
Añoranza de su pasado
El camino adoptado por Izquierda Unida, un comunismo caduco sin posibilidades de gobernar, puede ser comprensible. Se conforman con la oportunidad de ir de comparsas y acceder a la moqueta allá donde se pueda. No así el de Rubalcaba y su PSOE, que debería ser la alternativa seria al PP y que, sin embargo, su secretario general opta por llevarlo al alboroto y la confusión, ora mediante una campaña de saturación en el Congreso, ora acompañando a Cayo Lara y sus mariachis de izquierda radical en la algarada callejera. Cualquier cosa le sirve para desestabilizar a Rajoy y su Gobierno menos presentar a un programa que compita con el popular y que pueda resultar más atractivo a los españoles.
¿En qué situación se encontrará Rubalcaba de cara a las elecciones de 2015 si los casos «Bárcenas» y «Nóos» están cerrados sin que afecten a los dirigentes populares, la crisis económica en vías de superación y los problemas institucionales rumbo a una clarificación del agrado de la mayoría de los españoles. Mientras, él y su partido se eluden su responsabilidad y se dedican a la revuelta como si no aceptara, o lo hiciera de mala gana, el resultado de las urnas. Parece estar siempre tentado a repetir actuaciones de 2004 con la complicidad de sus comandos mediáticos sin apercibirse de que la la historia no siempre se repite ni de que no hay materia para jornadas como la «noche de las barricadas» de aquel 10 de mayo del 68 en el parisiense de Barrio Latino.
La instrumentalización partidista del Parlamento, como pretenden Rubalcaba y sus huestes, no es la vía. Al menos no debería serlo. Así es la vida.
✕
Accede a tu cuenta para comentar