Cristina López Schlichting

Ayúdenme

«Escribe de Nigeria, por favor, hazlo por el Papa». Como si fuese fácil. Nigeria, Filipinas, Haití... las tragedias se multiplican ¿Dónde está Nigeria, en qué se diferencia del extraño piélago de países que no hacen sino cambiar de nombre y de capital? Mmmm... coja un mapa de África, dóblelo por la mitad horizontalmente y tire la parte superior a la basura. Eso es lo que quieren los islamistas. Borrar a los cristianos desde el Magreb a Centroáfrica y crear un imperio musulmán cuya salida al mar sea... Nigeria ¡Por eso es un país crucial! Por eso han matado 1.200 personas este año. Por eso, mientras Chioma Dike se quedaba en casa haciendo la comida de Navidad de 2011, los terroristas pusieron un coche bomba a la puerta de su parroquia y volaron en pedazos a su marido, sus tres hijos y otros 41 feligreses. Por eso secuestran adolescentes para casarlas con musulmanes, acusan de blasfemia y matan a los conversos, obligan a las mujeres a cubrirse el rostro. Boko Haram («Occidente es pecado») es la banda que ataca por igual a católicos, protestantes y musulmanes tolerantes.¿Y qué hacen los cristianos? Perdonar, perdonar, perdonar. Chioma dice: «Tengo el corazón roto, pero lo pongo todo en manos del Señor. Sólo Él puede consolarme, nunca perderé la fe en Él». Cuando Boko Haram arrasa un pueblo, los habitantes celebran funerales y perdonan a los asesinos. Hezekiah Kovona es uno de los 327 seminaristas de la ciudad de Jos: «Nosotros queremos ser sacerdotes. En Nigeria los extremistas siguen el camino de la violencia, pero nosotros queremos seguir el camino del Señor». A su lado hay otro chico, se llama Génesis: «Incluso nuestras propias familias nos preguntan por qué arriesgamos nuestras vidas como sacerdotes, pero no tenemos miedo. Debemos la supervivencia a Dios». ¿Comprenden por qué les tengo que hablar de Nigeria? Aquello es un baño de sangre y a la vez el mayor vivero de vocaciones de toda África. 5.000 seminaristas, miles de monjas, miles y miles de catequistas laicos. Boko Haram destruye los templos, pero la gente los reconstruye y lleva a sus hijos a catequesis para que aprendan el amor. Uno de los obispos es taxativo: «O sostenemos la Iglesia o el país se islamiza por completo». Nigeria necesita que los cristianos permanezcan porque son un instrumento de unidad y pacificación. El Papa Francisco los ha acogido bajo su manto a través de la fundación pontificia «Ayuda a la Iglesia Necesitada». Se pueden aportar ladrillos para las Iglesias (a 5 euros el ladrillo simbólico) en www.ayudaiglesianecesitada.org o en el 917259212. Ayúdenme, por favor.